sábado, 4 de diciembre de 2010

La Virgen de Torreciudad

En un hermoso paraje cerca de la localidad de Barbastro (Huesca) se levanta el Santuario de Torreciudad, construído junto a la vieja hermita de la Virgen que da nombre al lugar. Os cuento una anécdota.
Una señora, madre familia, solía frecuentar el lugar; rezaba a la Virgen y solía charlar con un sacerdote que allí trabajaba. En una ocasión, este sacerdote tuvo que ausentarse del santuario, para pasar unos días en Francia. Decidió llevarse un vehículo y cruzar los Pirineos. Habitualmente, cogía el avión, pero, en aquella ocasión -y no sé el motivo- hizo el viaje en coche. De regreso en el santuario, y transcurridos unos días, se extrañó de que aquella señora no viniese a verle. Alguien le informó entonces de que, Esther (por ponerle algún nombre) no vendría más, porque había perdido la fe. El extrañado sacerdote decidió llamarla por teléfono.
Esther estaba destrozada: su hija, de apenas 20 años, había muerto días atrás en un accidente de tráfico. Durante la conversación telefónica, la madre explicó que su hija volvía de Francia en coche, con un chico que la acompañaba y que también había fallecido. Lo más doloroso para la madre era que la joven había salido despedida del vehículo y se había estrellado contra las rocas: "Mi hija", decía Esther, "ha muerto como un perro". Al conocer de la madre más detalles sobre el accidente, el sacerdote sintió una profunda conmoción y le pidió a Esther que lo escuchara un momento.
Cuando él mismo volvía de Francia en su último viaje, paró a desayunar en un restaurante de los Pirineos. Allí, coincidió con una pareja de la Guardia Civil que, sentados cerca de él, hablaban entre sí de un accidente automovilístico a pocos kilómetros de allí. El sacerdote no lo pudo evitar y les preguntó por el lugar exacto: los cuerpos estaban aún allí. Tras llegar al sitio, los servicios de urgencias atendían a una chica que yacía sobre unas rocas; el conductor había fallecido en el acto. El sacerdote se acercó a la muchacha y le dio la Extrema Unción sub conditione (bajo condición), esto es, si sobrevivía, la joven debería confesarse. No fue así, y al poco tiempo el juez decretó el levantamiento de los dos cadáveres.
La madre rompió a llorar al escuchar el relato del sacerdote. Ambos entendieron que aquella chica era la hija de Esther. Ella confesó entonces que, siempre que subía al santuario, le pedía a la Virgen, entre otras cosas, que ninguna de sus hijas (tenía más) muriera sin recibir los últimos sacramentos. Esther decidió que seguría subiendo a rezar ante la Virgen de Torreciudad.

4 comentarios:

  1. Me parece un relato bastante infantil, la verdad, si lo que se pretende con él es animar a la gente a que tenga fe.

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  2. Gracias, Jaimemarlow. Bueno, en primer lugar "infantil" aplicado a un relato puede tener dos acepciones: a)un relato escrito para niños, con una temática y forma apropiadas; y por extensión, b)un relato simple, esto es, "pueril". Amigo Jaimemarlow, entiendo que usas el término con el segundo significado, el único que puede ademas llevar el adverbio bastante. Y ciertamente compartiría tu opinión si realmente fuera un relato: no puede ser más predecible y tópico. Sin embargo, créeme, es "relato" sólo en tanto que yo lo he relatado, pues es un hecho verídico, cuya veracidad me consta por la de la persona que me lo contó.
    En cuanto a la pretensión que tengo al incluirlo en este blog, y que podría ser -como tú sugieres- "animar a la gente a que tenga fe", creo que es infantil (en su segunda acepción) pensar que uno hace las cosas por un único motivo.

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  3. En efecto, utilizo el término "infantil" en su acepción de "pueril" (cuándo aprenderé que estoy en el blog de un filólogo). Y si he señalado como su finalidad el "animar a la gente a que tenga fe", es porque no veo otro. Puede que para tí, por supuesto, tenga otra significación particular (me explico: una significación que no se pueda deducir meramente de lo contado), pero, si es así, es evidente que yo no puedo saberlo. Y singificados "no particulares", es decir, que se puedan deducir de lo contado, no veo ninguno más que ese...

    Perdona por mi torpeza en expresarme, pero aunque soy de letras en filología no pasé de lo de Ferdinand de Saussure... y los comentarios de texto siempre se me han dado mal.

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  4. Estimado Jaimemarlow, se tenota por los cuatro costados que eres de letras y no eres nada torpe al expresarte, amigo. Eso sí, te diré que una cosa es la pretensión del autor al relatar algo y otra es el significado del texto. El significado de éste en concreto no va más allá de lo que se cuenta. Ahora bien, mi pretensión (mi intención) al incluirlo aquí no es (o no tiene que ser) únicamente el que tú señalas.

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Beowulf MS

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Hwaet!