Tengo esta entrada pendiente desde que inauguré el blog y le puse los primeros chismes (i.e. gadgets). Este tema es parte de mi imaginario cinematográfico, desde que escuché a Taylor (Charlton Heston) decir aquello de "¡Malditos maniáticos, la habéis destruido! ¡Yo os maldigo a todos! ¡Maldigo las guerras! ¡Os maldigo!". La primera entrega de la saga, "El planeta de los simios" (Planet of the Apes) se estrenó en 1968, un año dfícil para el mundo. El alegato pacifista que cerraba la película era particularmente apropiado, pues aquel mismo año se produjo la ofensiva Tet del ejército Norvietnamita, al tiempo que en USA muchos veteranos del ejército norteamericano se sumaban a los grupos que se oponían a la intervención de los EEUU en la guerra de Vietnam. Creo que debí ver la película con 8 o 9 años. El conflicto en Asía daba sus últimos coletazos, pero yo no entendí aquellas palabras. Como la compañera de Taylor, Nova, yo le miré con cara de no entender nada.
La historia está basada en un novela del mismo título (La planète des singes, 1963), de Pierre Boulle (1912-1994), y cuenta la llegada de una nave espacial tripulada por humanos a un extraño planeta, habitado por simios muy avanzados que ejercen un despótico dominio sobra los hombres que, por su primitivismo, son usados como esclavos, cuando no simplemente aniquilados. Cuando Taylor y sus compañeros llegan a aquel lugar, irremediablemente se produce un choque con los simios dominantes, que no están dispuestos a aceptar que haya humanos tan (o más) avanzados que ellos.
La lectura más obvia del film puede hacerse en clave satírica, al estilo de la Utopía de Moro o Los Viajes de Gulliver de Swift: la sociedad de los simios, con sus aciertos y sus carencias, es una especie de inversión de la sociedad occidental, vista por los ojos de un personaje cínico y desengañado de la vida, como resulta ser Taylor. Nada de esto pensaba yo, lógicamente, cuando vi la cinta halla por 1975 o 1974. Más bien quedé seducido por la historia y, sobre todo, por la estética de la civilización simia.
Pese a tener armas de fuego, la tecnología de los simios (chimpancés, orangutanes y gorilas) no daba mucho de sí (el libro es otra historia): vivían en casas muy rudimentarias, usaban cuerdas de esparto, palos de madera, carros de ruedas, y el caballo era su principal método de transporte. De todo, era el atuendo de los gorilas (los soldados) lo que más me inpresionó: botas altas, pantalones de tela, guantes y casaca de cuero.
La caracterización de estos gorilas era impresionante. Se dice que el equipo de maquilladores cuidó mucho las caretas (de látex), para que no hubiera parecido con las de los primates que aparecen en las escenas iniciales de "2001: una odisea del espacio" (Stanley Kubrick), también estrenada en 1968.Dos cosas, además, contribuyeron a mi locura simiesca: la serie de televisión ("El planerta de los simios", 1974), que pudo verse en España en la segunda mitad de los 70, y la edición de figuras de acción con los principales personajes, fabricadas por la casa americana Mego.
Desde entonces, yo también digo Go ape!
Admito que nunca he visto esta versión del Planeta de los Simios. La culpa la tiene Tim Burton en la que es su peor pelicula (con diferencia). He pensado muchas veces en verla pero...
ResponderEliminarA ver si este verano me animo...
Mira que fui con interés a ver la versión de Burton (se ve que también le gusta el tema), pero salí muy decepcionado. Por allí andaba también Charlton Heston. ¿Lo sabías?
ResponderEliminarSi? No me fijé...
ResponderEliminarEn serio, es con diferencia la peor pelicula de Burton... Sinceramente, sólo salvo el final...
Me has dado una idea.
ResponderEliminarya salio el trailer de la nuva pelicula
ResponderEliminarGracias, Alberto. Por lo que se ve, estos simios son más monos que simios. Saludos y bienvenido.
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