viernes, 28 de diciembre de 2012

Y tú ¿corres o andas?


Hace unas semanas jaimemarlow hacía el siguiente comentario a la entrada Una historia danesa, a propósito de uno de los personajes:


"Lo que me llama la atención, acerca de los zombies, es el cambio que están sufriendo, por lo menos en el cine. ¡No sé si te habrás fijado en que cada vez son más rápidos! Los 'clásicos' eran muy torpes y lentos, y la única manera que tenían de merendarse a alguien era, o bien rodeándolo, o alcanzando a alguien que se hubiera quedado atrapado, caído, etc.
En cambio en 28 días después ya corrían... y por lo que he visto en el trailer de Guerra mundial Z ya son capaces de saltar muros.
Esto merecería un análisis... ¿consecuencias de la exigencia de una mayor espectacularidad fílmica? ¿Reflejo de que cada vez estamos mas 'atareados' en nuestra vida diaria?"

Es una reflexión interesante, a la que añadí lo siguiente:

"Es cierto lo que dices. Además hay cierto debate en el mundillo sobre si los zombies deben correr o no. Pienso que es una evolución hasta cierto punto predecible dentro del género. También vampiros, hombres lobo y momias han mejorado enormemente sus habilidades físicas desde sus primeras apariciones en pantalla. En el caso de los zombies, si avanzan penosamente crean ansiedad en los espectadores, porque inexorablemente llegan. Los zombies que cazan a la carrera buscan más el efecto shock, impacto,-espectacularidad, como dices tú- al alcanzar a la víctima".
Hoy ha vuelto a salir la conversación y quiero añadir lo siguiente a lo apuntado antes. En primer lugar, coexisten los dos tipos de zombies en la cultura popular actual, los que andan y los que corren: así la serie norteamericana The Walking Dead presenta -como el propio título indica- a cadáveres que andan; por contra, en tantas y tantas películas actuales (o la excelente serie Dead Set, 2008) lo que tenemos es the Running Dead, cadáveres que corren.

Por lo que respecta a los "corredores" han sufrido también un incremento de sus facultades físicas, convirtiéndose en una especie de superzombies que saltan, trepan por las paredes y son extremadamente resistentes -al modo de, por ejemplo, los vampiros y hombres lobo de las series Underworld Blade. En este sentido, aquellos que se han convertido en licántropos o bebedores de sangre han accedido a un tipo de existencia más perfecta, superando los límites de la condición humana. Si a esto añadimos el sex appeal que caracteriza a la mayoría, ¿quién no querría ser uno de ellos? Ya me entendéis.
Los lentos eran originariamente despojos infrahumanos. Tomando como ejemplo las primeras cintas de George A. Romero, se trata de víctimas de una terrible epidemia, atormentados por un hambre voraz, que es su único instinto. Buscan penosamente el modo de alimentarse en una especie de coma con movilidad reducida. Son cazados como torpes bestias por cuadrillas de hombres que, al terminar, organizan una barbacoa. Por todo, no hay malignidad alguna en estas criaturas. Los rápidos, por contra, son predadores, cazadores en manada, que parecen disfrutar con lo que hacen. Y así, pese a estar muertos, parecen tener un instinto asesino, junto al de alimentarse.
Un último detalle. La cultura del click, la de la inmediatez, del download y el upload, parece primar el cadáver a la carrera, que destroza a su víctima cuando la atrapa, frente al lento e implacable avance del zombie de la época de las máquinas de escribir. 
¿Que qué prefiero? 



lunes, 24 de diciembre de 2012

Feliz Navidad

Muchas felicidades a todos los que seguís este blog, a los que arrivéis aquí por accidente y a los que lo consultáis de vez en cuando. Haced un hueco a Jesús niño en vuestro corazón, pero luego no le invitéis a marcharse.
Edward Burne-Jones, "La Estrella de Belén"
Cuando alguien le preguntó al autor del cuadro si creía en la realidad de lo que había pintado, él respondió: “es demasiado hermoso como para no ser cierto”. La belleza sosiega, conforta, inspira, eleva, y nunca decepciona. Porque la belleza auténtica es Dios.
¿Tienes algo hermoso para poner a los pies del Niño?
Feliz Navidad.

Return to Sender

"Return to Sender" es el título de una canción de Elvis Presley. Cuenta la decepción de un enamorado cuando el cartero le devuelve todas las cartas que él envía a su chica, con ese sello en rojo; obviamente, ella no quiere saber nada de él.
Pues bien, esas palabras -en español, "devuélvase al remitente"- me vinieron muy bien como subtítulo a la comunicación que presenté al último congreso de la Asociación de Amigos de Thomas More, celebrado en París el pasado mes de Marzo. ¿Cómo que qué tiene que ver? Os lo explico.
Carlos V, hacia 1533
El 11 de marzo de 1531 el Emperador Carlos V escribió una breve nota al entonces Canciller de Inglaterra, Thomas More; Eustace Chapuys, Embajador imperial en la corte de Enrique VIII, debía entregarla personalmente al humanista inglés. En la misiva, Carlos manifestaba su gratitud a More por ser siempre tan amable con sus enviados. Chapuys admiraba al Canciller, pues lo veía -en sus propias palabras- como un "buen servidor de la Reina Catalina" en el llamado "asunto del rey", esto es, los intentos del monarca inglés por conseguir de Roma la nulidad de su matrimonio con la española. En este sentido, fue el mismo Chapuys quien sugirió al Emperador que escribiera la carta citada, una especie de refrendo que -en opinión del diplomático- haría que More supiese que Carlos estaba contento con él. 
Eustace Chapuys
En una nota que el Canciller mandó a Chapuys, le hacía saber que, por el momento y hasta mejor ocasión, no recibiría carta alguna del Emperador, ni a su embajador. Así lo trasmitió Chapuys a Carlos el 2 de abril, y de ahí el título de la canción de Elvis.
No estaba en el ánimo de More ofender, en modo alguno al Emperador, pero si recibía correspondencia de éste los motivos del Canciller a la hora de defender a la reina Catalina (tía de Carlos) podrían ser interpretados en clave política.
Otro día os traduzco la carta del Emperador, escrita en francés y llena de tachones.

martes, 11 de diciembre de 2012

Aniversario

Hoy hace 19 años que me casé y miro a mi futuro con optimismo. No soy, en modo alguno, el mejor de los esposos, pero me conformo con mirarla a ella y ver que sigue sonriendo con lo que hago o con lo que digo. Esto, obviamente, es una simplificación de mis aspiraciones por mejorar mi vida matrimonial, aspiraciones que -en otra maravillosa simplificación- se resumen en que ella esté contenta.
En ocasiones, viviría la vida de un soltero (pero entonces, tarde o temprano, sería un "solterón"); otras me gustaría conducir una vespa y no un monovolumen familiar lleno de pasajeros, pero sé que me equivocaría de dirección en el primer cruce; y hay algún día en el que me levantaría y me iría a trabajar sin tener que preparar desayunos, sin decir palabra y sin organizar quién va a recoger a los niños del cole, pero de seguro que, esa noche, al volver a casa, no haría otra cosa que contar (por enésima vez) los cd's y dvd's en la estantería. ¿Y cuántas veces desearía no tener que pensar en cómo hacer para que este hijo conserve la beca, aquel otro apruebe las matemáticas y la niña pequeña deje los juguetes recogidos? Muchas. Pero entonces estaría obsesionado porque se ha roto el grifo, o porque tengo que llevar el coche a revisión, o porque se ha estropeado la impresora.
Y vuelvo a mi esposa, para confesar que no me gustan ni la música que escucha, ni las películas que ve. Me da igual que llueva o haga sol, mientras que ella disfruta con un día despejado. Sé -porque me lo ha dicho- que le disgusta que fume en pipa, coleccione "plásticos" y vea películas de terror. Mientras que ella sueña con viajar por el mundo, yo no saldría de la Biblioteca Británica. Y, si la espero en esta mesa de un restaurante para almorzar, sé que ella buscará otra distinta. Pero cuando cierro los ojos por la noche, o al oírla poner la secadora, o cuando se queda dormida a mitad de alguna película, o al verla llegar del trabajo, ... sé que yo estoy donde tengo que estar, como el acento sobre la vocal, como la foto en el marco, como el bordado en la tela. 

domingo, 2 de diciembre de 2012

Una historia danesa (II)

Asmundus –que aún vivía– vio bajar al intruso, y por sorpresa ocupó su lugar en la cesta, arrojándolo al suelo. Los que estaban fuera, creyendo izar a su compañero, sacaron a Asmundus de la gruta. Al verlo, los suecos creyeron que era un draugr (un muerto ambulante), pues el rostro de Asmundus estaba cubierto de la sangre que manaba abundantemente de una herida abierta donde antes había estado su oreja. 
Iban a darse a la fuga los aterrorizados suecos, cuando Asmundus les narró su historia:
“¿Por qué os asombráis al verme sin color? Verdaderamente todo hombre ha de desvanecerse entre los muertos. Por alguna argucia de los poderes infernales el espíritu de Asuithus ha regresado desde el inframundo, y con dientes crueles se ha comido a su caballo; después el perro ha sido pasto de sus mandíbulas abominables. 
No satisfecho tras devorar corcel y sabueso, con uñas afiladas se lanzó hacia mí, desgarrándome la mejillas y arrancándome la oreja. Eso explica el horrible aspecto de mi rostro desfigurado, y la sangre que brota a borbotones de tan fea herida. Y sin embargo, el causante de tanto horror no ha salido indemne: pronto corté su cabeza con mi acero, y empalé su malvado cadáver en una estaca”. 
Dos detalles llaman la atención en este relato. En primer lugar, la decapitación y posterior empalamiento de Asuithus recuerda al modo en el que los vampiros son destruidos. En segundo, este draugr nórdico se comporta como un auténtico zombie, movido por un apetito voraz. Así pues, los cientos de “caminantes” que semanalmente deambulan hambrientos en la serie The Walking Dead no son, en modo alguno, una creación del mundo actual.

martes, 27 de noviembre de 2012

Una historia danesa (I)

En el libro V de la Gesta Danorum, una voluminosa obra escrita en latín por Saxo Grammaticus (ca. 1150-1220), se narra la extraña historia de Asuithus y Asmundus. 
Estos dos guerreros islandeses, compañeros en mil batallas, sellaron su amistad de forma curiosa: ambos juraron que si uno de los dos moría, el otro le acompañaría a la tumba. Y sucedió que Asuithus murió tras una enfermedad. Su cuerpo fue colocado en el interior de una gruta subterránea, acompañado de su caballo y su perro –según la costumbre–.

Al poco tiempo, Asmundus, fiel a su palabra, se metió también en aquella cavidad funeraria, llevándose algo de alimento para sobrevivir unos días, al menos. 
Pasado algún tiempo una expedición militar sueca pasó junto al túmulo funerario de Asuithus. Ericus, el líder de aquella partida de guerreros, mandó explorar el enterramiento, habida cuenta de que estas construcciones funerarias solían guardar tesoros. Uno de los suecos descendió al interior de la gruta, descolgándose en una cesta sujeta por una cuerda.

viernes, 2 de noviembre de 2012

VI Simposio San Josemaría

Parece mentira que ya hayan pasado 10 años desde la primera edición de lo que entonces llamamos "Simposio San Josemaría". Tuvo lugar en el Hospital de San Juan de Dios de Jaén; quedó claro que había que buscar un sitio más grande. Así fue, y con periodicidad bienal, nos hemos vuelto a reunir para celebrar este evento que volverá a repetirse en Jaén, durante los días 16 y 17 de noviembre.
La presente edición -como las anteriores- gira en torno a una idea central: el trabajo como servicio. Porque hoy en día, en la difícil coyuntura por la que está pasando nuestro país, conviene recordar a todos (cristianos o no) que un trabajo profesional realizado de espaldas a los demás, con el único objetivo de enriquecernos; o llevado a cabo como una especie de condena; un trabajo cuyo único fin sea nuestra vanagloria o conseguir un prestigio más o menos duradero; un trabajo así (lo creo de corazón) es necesariamente un ejercicio de egoísmo y de irresponsabilidad. El reto que tenemos cada uno es descubrir el modo en el que nuestra tarea profesional (incluso aquella que parece irremediablemente individualista o de escasa trascendencia) puede hacerse pensando en el prójimo.
Hay una frase que repetía San Josemaría y que viene muy a propósito: "Para servir, servir". Si la tarea en la que pasamos la mayor parte de nuestra jornada ha de ser un servicio, es necesario que nosotros "sirvamos", esto es, que estemos preparados, que la realicemos con competencia profesional y de forma responsable.
Estas y otras cuestiones serán abordadas en el simposio. ¿Te animas? Puedes inscribirte on line en: http://www.simposiosanjosemaria.com/portal/index.php?option=com_content&view=article&id=65&Itemid=27


jueves, 11 de octubre de 2012

Trampa del trampero madelman

Esta era una de mis piezas favoritas de madelman, y venía en el equipo básico del trampero. Tenía un mecanismo muy sencillo que la hacía funcionar. Presionando el resorte donde estaba el cebo, disparaba el cepo que, inexorablemente, atrapaba al pobre zorro -que también venía en la caja-. Eran tiempos duros para estos hombres de la frontera, que comerciaban con las pieles de los animales que cazaban. Ya sólo había que elegir un nombre para el protagonista; mi muñeco era Davy Crockett, el héroe de El Álamo. 


Con el tiempo perdí el accesorio y ahora lo he recuperado. ¿Cómo? Me lo he fabricado, y funciona. Ha costado, pero me lo he pasado en grande y, creo, no ha quedado mal.
Aquí están las fotos.















El año de la Fe

Hoy, 11 de octubre, da comienzo el Año de la Fe; durará hasta el 24 de noviembre del año próximo. Este es el deseo del Papa Benedicto XVI, manifestado en el documento Porta Fidei (La puerta de la fe).http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/motu_proprio/documents/hf_ben-xvi_motu-proprio_20111011_porta-fidei_sp.html
No voy a escribir una sesuda entrada sobre la Fe. Me basta por ahora decir que la Fe, una de las tres virtudes teologales, es en pocas palabras aquello en lo que creo; más aún, aquello en lo que empecé a creer cuando era niño. Se trataba de una serie de afirmaciones que me llegaban por distintos cauces: el maestro, el cura, mis padres, mi familia,... En realidad, creo que esto es extrapolable a la mayoría de las personas que conozco, y aunque gradualmente este proceso "natural" con el que comenzamos a creer ha cambiado en los últimos años, la increencia es más bien fruto de dejar de creer que de no haber sido formado en la fe.
Pienso que la Fe es una parte íntima de la persona, como los libros que leyó, las películas que vio o las chicas que le gustaban en el cole. Los rezos que aprendimos de niños, las preguntas del catecismo, están archivados en la misma carpeta de las adivinanzas infantiles, las primeras rimas, o las fórmulas de nuestros juegos. Y sin embargo, llegado un momento, si bien no dejamos de leer ir al cine o enamorarnos, sí dejamos de creer. Y en esto, creo, hay una gran pereza intelectual; me explico. Igual que madura con nosotros nuestro gusto artístico, pues produce un efecto placentero inmediato, no sucede así con nuestra Fe. La formación doctrinal es necesaria para nuestra Fe, del mismo modo que algunos hemos ido más allá del pa, pe, pi, po, pu. Dicho de forma clara: no podemos pretender que las creencias del niño, sirvan al inquieto adolescente o al adulto apoltronado. Además, nuestra Fe no aprueba todos nuestros actos, compromete nuestra entera existencia y exige (como todo lo que merece la pena) esfuerzo. Es muy cierto aquello de: el que no actúa como piensa, termina pensando según actúa. ¿Por qué será que cuando no hago lo que sé que debo hacer, me empiezo a plantear no sé qué duda sobre el misterio de la Santísima Trinidad? 
Mira, haz lo que tienes que hacer, y si tu mente se rebela sobre ésta o aquella cuestión teológica, te puedo aconsejar unos cuantos libros. Otra cosa es que te convenzan, porque, amigo, no olvides que la Fe es, además, un don de Dios. Pero no te preocupes, es gratis; sólo tienes que pedirlo con humildad. 
Por cierto, no te pierdas el Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica, pues será el best-seller del siglo XXI.http://www.vatican.va/archive/compendium_ccc/documents/archive_2005_compendium-ccc_sp.html#«CREO» – «CREEMOS»

viernes, 21 de septiembre de 2012

Rostros con historia (58)

El niño vampiro ha dado en la diana; así no hay quien pueda.
Personaje: Gwymplaine. 
Actor: Conrad Veidt. 
Película: El hombre que ríe, 1928.

jueves, 20 de septiembre de 2012

Rostros con historia (58)

Desafío total.
Nombre del personaje.
Nombre del actor.
Nombre de la película.

martes, 18 de septiembre de 2012

Salirse del guión

Algunas veces sucede que los actores se salen del guión, esto es, que dicen algo que no está en su papel. Así ha sucedido con el británico Rupert Everett. Resulta que en una entrevista publicada el Domingo en el Sunday Times Magazine, este actor homosexual dijo a las claras que: "No se me ocurre nada peor que ser educado por dos papás gays".
Everett se convirtió en modelo para muchos cuando hace unos 20 años se decidió a declarar públicamente su homosexualidad. Es probable que -a juzgar por el comunicado emitido por el GLAAD (Asociación de gays y lesbianas contra la difamación)- el actor haya dejado de ser un punto de referencia para este colectivo. En realidad, él dice no ser parte de ninguna comunidad, más que la humana.
Me han parecido interesantes las palabras de este actor, además de por lo que dicen en sí sobre la necesidad de tener un padre y una madre, por mostrar abiertamente que hay muchos homosexuales que no siguen el guión oficial de las asociaciones, colectivos y grupos gays.
Las palabras de Everett, obviamente, no hacen referencia a su propia infancia: él fue educado por una madre y un padre.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Rostros con historia (57)

Otra vez Jaimemarlow. No hay forma....
Película: The Masque of the Red Death (Roger Corman, 1964). O, lo que es lo mismo, La Máscara de la muerte roja.
Personaje: la mismísima "muerte roja", que se aparece ante el malvado príncipe Próspero.
Actor: John Westbrook.

lunes, 3 de septiembre de 2012

Rostros con historia (56)

Jaimemarlow, impecable:

Película: "Los ojos sin rostro" (Georges Franju, 1960)
Personaje: Christiane Génessier, la hija del doctor Génessier.
Actriz: Edith Scob.
Por cierto, pelín copion el Almodóvar.


Rostros con historia (57)

¿Quién sabe ésta?

Edith Stein (1891-1942)

Hace tiempo que le debo una entrada a esta mujer, así que aquí está. Contaré su historia comenzando por el final.
El 9 de agosto de 1942, dos días después de su llegada a Aushwitz, Teresa Benedicta de la Cruz, de nacionalidad alemana, murió en una cámara de gas. No fue asesinada por su condición de carmelita, sino por ser judía. Desde que en 1933 se le impidiera ejercer la docencia, Edith Stein estaba en peligro de muerte. Era catedrática de filosofía en el Instituto de Pedagogía Científica de Münster, y se había bautizado en el seno de la Iglesia católica en 1922. Su familia no entendió que abandonara la fe de su pueblo, aunque ella nunca dejó de sentirse orgullosa de su raza. En la ceremonia de su beatificación (Colonia, 1 de mayo de 1987), Juan Pablo II la describió como "una hija de Israel, que durante la persecución de los nazis ha permanecido, como católica, unida con fe y amor al Señor Crucificado, Jesucristo, y, como judía, a su pueblo". Su canonización tuvo lugar en 1998.
La entrada de Edith Stein en el convento de las Carmelitas (1934) no fue una huida de la persecución de la Gestapo, ni una separación de su pueblo, en quien pensaba en todo momento: "Pienso continuamente en la reina Ester, que fue sacada de su pueblo para dar cuenta ante el rey. Yo soy una pequeña y débil Ester, pero el Rey que me ha elegido es infinitamente grande y misericordioso" (31.10.1938). 
En 1913, la estudiante Edith Stein se fue a Gottinga para asistir a las clases del filósofo Edmund Husserl, de quien llegó a ser discípula y asistente. Bajo su supervisión, defendió Stein su tesis doctoral en 1916. Por aquellos tiempos, Edmund Husserl defendía que el mundo percibido existía, y no solamente de forma kantiana, como percepción subjetiva. Sus discípulos entendían su filosofía como un viraje hacia lo concreto, la fenomenología. Esta perspectiva condujo a no pocos discípulos y discípulas suyos a la fe cristiana. En Gottinga Edith Stein se encontró también con el filósofo Max Scheler, lo que atrajo su atención sobre el catolicismo. Leerá el Nuevo Testamento, a Kierkegaard y el opúsculo de los Ejercicios Espirituales de Ignacio de Loyola. Pero es la autobiografía de Santa Teresa de Jesús, que llegó a sus manos en 1921, la que le abre los ojos a la fe: "Cuando cerré el libro, me dije: ésta es la verdad". 
Todos los escritos de Edith Stein, santa Teresa Benedicta de la Cruz, fueron publicados en español en 2008. Los temas tratados incluyen la espiritualidad, la antropología, la fenomenología y otras disciplinas.
http://www.citesavila.org/web/es/contenido.asp?iddoc=240

domingo, 26 de agosto de 2012

Rostros con historia (56)

¿Ya voy por el 56?
Pues allá va.
¿Qué personaje cubre su rostro con esta inquietante máscara? ¿Soy yo el único a quien esta película le recuerda otra de un sobrestimado director español?

¿Quiénes lloran?

El valiente, puede que llore, pero hace lo que debe. El cobarde, ni lo uno, ni lo otro.

viernes, 17 de agosto de 2012

Homilía en el dia de la Asunción

Interrumpo mi paréntesis estival para incluir unas palabras de Benedicto XVI, extraídas de su homilía en el día de la Asunción de la Virgen, el pasado 15 de agosto. La traducción es mía:



No sólo en Dios hay lugar para el hombre, sino que en el hombre hay lugar para Dios. Esto lo vemos también en María, el Arca Santa que porta la presencia de Dios. En nosotros hay lugar para Dios, y esta presencia de Dios en nosotros, tan importante para iluminar el mundo en su tristeza, sus problemas, esta presencia se realiza en la fe: la fe abre las puertas de nuestro ser para que Dios entre en nosotros, para que Dios pueda ser la fuerza que da la vida y el rumbo a nuestro ser. Hay un lugar en nosotros, vamos a abrirlo como hizo María, diciendo: "Hágase su voluntad, yo soy la esclava del Señor". Al abrirnos a Dios, nada perdemos. Por el contrario, nuestra vida se hace grande y rica.




miércoles, 27 de junio de 2012

El santo de las cosas pequeñas

Hoy, después de asistir en la Catedral de Jaén a la Santa Misa en honor de San Josemaría Escrivá, he ido con tres de mis hijos a tomarme unas hamburguesas. Como mi hija mayor llevaba un bolsito, le he dado mi móvil y mi billetera, por no llevarlos en los bolsillos mientras comía -pues me resulta incómodo-. Por algún motivo, me he quedado con las llaves del coche.
Al poco, llega un muchacho gitano, de unos 20 años, con dos niñas pequeñas, y se sientan en una mesa cerca de la nuestra. La madre esperaba frente al mostrador a que le entregaran la bandeja. Me ha llamado la atención que fuera la joven (también gitana) quien se quedara esperando el pedido. El caso es que, justo antes de que nos dispusiéramos a irnos, ella ha llegado con la comida. Tendría algún año menos que el muchacho. Ninguno de los dos tenía mal aspecto y las dos niñas eran dos primores.
Tras abandonar el local y cruzar la avenida, instintivamente echo la mano al bolsillo derecho buscando el móvil. En décimas de segundo busco con la vista la correa que debe pender de alguno de los hombros de mi hija. "Oye, ¿y tu bolso?" Se queda de piedra y vuelve corriendo, con su hermano, a la hamburguesería. Ya estoy mentalmente rezándole al fundador de la Obra. Más despacio, pues voy con el de cuatro años, voy también al sitio. Resulta que los señores sentados en nuestra mesa han visto a la pareja gitana coger el bolsito y marcharse, sin terminar. Pienso: mi móvil, mis tarjetas, mi DNI, otros carnets y unas cuantas monedas; mi hija llevaba su DNI y su móvil. Sigo rezando. La dejo con el peque, y con Jaime (11 años) corro en la primera dirección que se me ocurre: no ha habido tiempo material de que estén muy lejos, y además van con las dos niñas. Jaime maldice y suelta algunos tacos ("este hijo mío"- pienso), pero no vemos a nadie. Otra estampa a San Josemaría.
Vuelvo a donde están Alba y el pequeño. Ella se pone a llorar y me dice que lo siente: "Hay que tener más cuidado", le digo, conteniéndome. Pienso en cómo cancelar tarjetas, móvil, joder, me voy de congreso la semana próxima,...a trompicones, más oración. Nos montamos en el coche con la intención de volvernos a casa y cancelar, cancelar, cancelar (pero ¿qué van a hacer sin los códigos de las tarjetas?) Probablemente tirarán el bolso a una papelera, es pequeño. 
"Jaime", le digo mientras arranco, "abre bien los ojos, a ver si los ves". "¡Alba!", él está agitado, "¡mira tú también!". Pero Alba ni siquiera había reparado en la joven pareja. El pequeño, sentado en su asiento, se mete el dedo pulgar en la boca; lo hace siempre que va a dormir. Elijo una ruta; en realidad, no elijo, pues tomo la de siempre: soy de piñón fijo, como dice mi esposa. "¡Ahí está el padre!" -dice Jaime, al subir por una avenida. Se lo ha tomado muy en serio: la ventanilla del coche bajada, la cabeza fuera, mirando como quien busca un taxi. Paro el coche, en cuanto puedo, y me lanzo a la carrera en dirección a la pareja; Jaime viene conmigo: es pura adrenalina; yo también. Era un tipo fuerte, creo. Habrá que enseñar los dientes. Como diga de pincharme...Rebaso a la madre con las dos niñas y me encaro con el muchacho: "¡Devuélveme lo que me has cogido!", mientras hago el típico movimiento con la mano derecha. No parece sorprenderse, y empieza a emitir sonidos entrecortados. Resulta que es mudo. Llega la madre y me dice que han tirado el bolso en un contenedor de basura, más arriba. "Pues ahora mismo, me acompañáis a donde está". Se muestran dóciles, y ella empieza a decir una serie de mentiras hilvanadas sobre la marcha. Está muy tranquila, y yo me voy calmando. El muchacho señala con el dedo e intenta explicarme que ha sido la niña mayor la que ha cogido el bolso. La madre ratifica la versión del joven, pero la niña protesta: "¡Yo no lo he cogido!". Sonrío, no tiene sentido discutir.


Unos minutos después (ella insiste en explicarme que lo ha tirado, porque para qué lo quiere), llegamos al dichoso contenedor. "¡Coge el bolso!" ordena la joven al muchacho. Se inclina sobre el borde, mete la mano y ahí está. "Comprueba que lo tienes todo", me dice. "Yo, ¿para qué quiero un bolso lleno de tarjetas?". Supongo que es la desfachatez que da la necesidad. No salgo de mi asombro, pero estoy tan contento de haber recuperado la billetera, que no reparo en lo que dice. Está completa, todas las tarjetas y mi DNI; sólo faltan unas monedas. No se las voy a pedir. Está también la estampa de San Josemaría que un muchacho me entregó al entrar en la Catedral. "Toma, esto para ti" -le digo a la madre; está claro que ella lleva la voz cantante. "¿Esto qué es?", pregunta y por primera vez, veo sorpresa en sus ojos. "Una estampa de un santo, para que le reces". Miro a la pequeña, y le paso suavemente el dedo índice por la mejilla; me sonríe abiertamente. Nos marchamos en busca del coche, con prisa; quiero darle la buena noticia a Alba. A unos metros del vehículo, levanto el bolso con la mano derecha, a modo de trofeo.
Cuando entro en el coche, Alba está feliz. "¿Has rezado?" -le pregunto. "Sí, a San Josemaría, y a la abuela".

viernes, 22 de junio de 2012

Todo hombre permanece en pie y cae para su señor.

Thomas Cromwell
El 3 de junio de 1535, Tomás Moro compareció por tercera vez ante una comisión compuesta por Cromwell y varios miembros del Consejo del Rey. Aquel mismo día, o el siguiente, Moro escribió una carta a Margarita, su hija. Reproduzco el final de la misma:  
 En el interrogatorio se comentó que era sorprendente que me aferrara tanto en mi conciencia, cuando en realidad yo no estaba seguro. A esto dije que sí estaba bien seguro de que mi propia conciencia, informada por la diligencia que durante tanto tiempo he tenido en este asunto, no se oponía a mi propia salvación. No me entrometo en la conciencia de aquéllos que piensan de otro modo, pues todo hombre permanece en pie y cae para su señor. No soy juez de hombre alguno. También se me dijo que si estaba dispuesto vivir lo mismo fuera del mundo que dentro, como había dicho allí, por qué no hablaba claramente contra el estatuto. Parecía bien claro que no me agradaba morir, aunque eso decía. A esto respondí (y es la verdad) que no he sido hombre de vida tan santa que me atreviera a ofrecerme a la muerte, no fuera que Dios por mi presunción permitiera que yo cayera. Y por eso, no me echo hacia delante, sino hacia atrás. Aunque si es Dios mismo Quien me lleva hacia la muerte, entonces confío en su gran misericordia, y en que no dejará de darme gracia y fuerza.
En conclusión, Maese el Secretario dijo que yo hoy le había agradado mucho menos que la última vez, porque, en esa ocasión, dijo, se compadeció mucho de mí y ahora pensaba que no tenía buena intención. Pero Dios y yo sabemos que tengo buena intención, y ruego a Dios que la tenga Él conmigo.
Os pido a ti y a mis otros amigos que tengáis buen ánimo, pase lo que pase, y que no os preocupéis por mí, sino que recéis por mí como yo hago y haré por ti y por todos ellos.
Tu padre que te ama tiernamente,
Tomás Moro Caballero.

domingo, 17 de junio de 2012

Rostros con historia (55)

Acertó Nerea, y sin dudarlo. Son los antecedentes familiares.

Adelina Poerio (Dwarf), Amenaza en la sombra (1973)

El título original es "Don't Look Now" y el director, Nicholas Roeg. Un película inquietante.

sábado, 16 de junio de 2012

Rostros con historia (55)

Cada vez resulta más difícil localizar un rostro que os deje fuera de juego. Éste es todo un hallazgo. ¿Alguien se atreve? Actor, personaje y título de película.

martes, 12 de junio de 2012

Carta a Enrique VIII de la familia de Thomas More


En diciembre de 1534, la esposa y los hijos de Sir Thomas More enviaron una carta pidiendo la puesta en libertad del que había sido, hasta hacía muy poco, Gran Canciller de Inglaterra. Se conserva, no el texto original de la carta, sino el resumen de la misma (que incluye citas literales de la misma). 
Margaret More y Lady Alice More, según el boceto de Holbein
Petición de indulto y puesta en libertad del mencionado Sir Thomas, encarcelado en la Torre de Londres desde hace más de ocho meses, "sufriendo de una continua enfermedad del cuerpo y de tristeza de corazón". El rey ha permitido a su esposa, durante todo este tiempo, conservar sus bienes domésticos y las rentas de sus tierras, si bien bajo penalización por su renuncia a jurar. Recientemente, sin embargo, en un acta (o dos) del Parlamento no sólo se ha ratificado la citada penalización , sino que también se multa a los herederos de las tierras que el citado Sir Thomas recibió del rey, cuya renta anual asciende a 60 libras. Todo lo que su esposa aportó a los bienes gananciales del matrimonio pasa al servicio del rey, de modo que es probable que llegue a pasar necesidad, como también su hijo, que afronta el pago de las cuantiosas sumas que Sir Thomas debe al rey. Pero más allá de todo esto, es probable que Sir Thomas muera, después de una larga y sincera vida de servicio al rey. Suplican al rey que conceda ésta su petición, al considerar que su ofensa no es resultado de la malicia o la obstinación, "sino de un persistente y muy enraizado escrúpulo, tal que no está en su mano evitar ni quitar de su cabeza".
En los meses previos a su ejecución (6 de julio de 1535), lo que probablemente más hizo sufrir al reo fue que su esposa, e incluso su queridísima Margarita, pensaran que Sir Thomas se negaba a jurar el Acta de Supremacía y el Acta de Sucesión, por un escrúpulo de conciencia.

viernes, 18 de mayo de 2012

Like Dandelion Dust (2009)

No soy de lágrima fácil. Bueno, según: recuerdo que me conmoví profundamente al ver La Pasión de Mel Gibson, y que por lo demás algunas canciones me producen cierta humedad ocular. El caso es que anoche vi una una película que me dio de lleno en el centro de los afectos.
Like Dandelion Dust (Jon Gunn, 2009) es una película americana que no se ha estrenado en nuestro país, y ha tenido muy poca difusión en Europa (por TV o DVD, a lo sumo). ¿El motivo? A la productora alguien le ha puesto la etiqueta de "cristiana". En USA no importa demasiado: puedes ser de la cienciología, mormón o de los Odinistas, que lo mismo da. Eso sí, en la vieja Europa, abrumada por su complejo de culpa por haber exportado la fe al mundo entero, estas cosas no caen bien. 
A lo que iba -que me vengo arriba-. La película no hace, en modo alguno, apología del cristianismo, a no ser que la negativa a abortar de una de las protagonistas -que se menciona de pasada- se considere propia de la ideología cristiana, cosa que afortunadamente no es cierta. 
Mira Sorvino, la madre biológica
Se nos cuenta la historia de dos familias, a la que el destino les juega una mala pasada. La primera está compuesta por un matrimonio de clase media alta (bastante "pijos", vamos), que tienen un precioso niño de 7 años al que adoran. La otra es, en realidad, una familia en proyecto. El hombre es un alcohólico que ha pasado 7 años en prisión, condenado por malos tratos a su mujer. Tras salir de la cárcel se reúne con su mujer, con el firme deseo de rehacer su vida juntos. No tienen muchos medios, pero él encuentra trabajo pronto y lleva siete años sin tomar. Ella le confiesa entonces que, a poco de su marcha a cumplir condena, se dio cuenta de su embarazo: no viéndose capacitada para educar a un hijo sin un padre, y no queriendo abortar, se decide a darlo en adopción. Y en este punto, volvemos al matrimonio estupendo y a su maravilloso hijo, que resulta ser el niño cedido. El padre biológico, cuya firma fue falsificada para dar al bebé, quiere recuperarlo a toda costa. Y la ley le da la razón.
Barry Pepper, el padre biológico
La película toca temas delicados como la violencia doméstica, la paternidad, el amor en la familia, el alcoholismo,...Pero, para mí, desde el principio, y como padre de seis hijos, el interrogante era: ¿son los hijos un derecho de los padres?
No os la perdáis.

miércoles, 16 de mayo de 2012

3 años y 25.000 visitas.


He querido hacer una celebración única del tercer cumpleaños de mi blog, y de las 25.000 visitas. Os regalo una foto de Merle Oberon, especialmente para los 43 seguidores. En una futura entrada os hablaré un poco de ellos, o mejor dicho, de los que aún no he hablado. También estoy orgulloso de no haber censurado ni una sólo entrada; ni siquiera la de un internauta que se mostró algo despectivo (y que luego resultó ser mi hijo, que quería gastarme una broma).
Está cayendo una buena en España; lo dice hasta el rockero Springsteen. No nos vamos a privar de nada: mucha gente haciendo cola;  recortes a nivel nacional y autonómico; grosería generalizada; clichés; mucho alcohol; dinero público para señoritas, copazos y cocaína; mentiras por doquier; y mucha gente muy buena, para aclarar los tonos oscuros.
Si pudiera elegir una época en la que vivir, sin duda elegiría ésta: por nada del mundo me hubiera perdido a Benedicto XVI, Robert de Niro y los madelman. Pongo rumbo a Utopía, porque está muy cerca. Mi banda sonora es "¿Qué fue del siglo XX?".

Beowulf MS

Beowulf MS
Hwaet!