miércoles, 29 de julio de 2015

En el quinto Centenario de Santa Teresa (1)

En el Capítulo 5 su Libro de la Vida, nos cuenta Santa Teresa de Jesús (1515-1582) un episodio que me ha llamado la atención. 
En 1533 entró Teresa en el Convento de la Encarnación (Ávila). Dos años después, cayó tan enferma que su padre la sacó del lugar, para darle cuidados médicos. Se la llevó a casa de su otra hija, María, en Castellanos de la Cañada, donde permaneció hasta 1536. Estando allí, comenzó a confesarse con un clérigo de esta localidad, llamado Pedro Hernández.
4. Pues comenzándome a confesar con este que digo, él se aficionó en extremo a mí, porque entonces tenía poco que confesar para lo que después tuve, ni lo había tenido después de monja. No fue la afición [afecto] de éste mala; mas de demasiada afición venía a no ser buena. Tenía entendido de mí que no me determinaría a hacer cosa contra Dios que fuese grave por ninguna cosa, y él también me aseguraba lo mismo, y así era mucha la conversación. Mas mis tratos entonces, con el embebecimiento de Dios que traía, lo que más gusto me daba era tratar cosas de El; y como era tan niña, hacíale confusión ver esto, y con la gran voluntad que me tenía, comenzó a declararme su perdición. Y no era poca, porque había casi siete años que estaba en muy peligroso estado, con afición y trato con una mujer del mismo lugar, y con esto decía misa. Era cosa tan pública, que tenía perdida la honra y la fama, y nadie le osaba hablar contra esto. 
A mí hízoseme gran lástima, porque le quería mucho; que esto tenía yo de gran liviandad y ceguedad, que me parecía virtud ser agradecida y tener ley a quien me quería. ¡Maldita sea tal ley, que se extiende hasta ser contra la de Dios! Es un desatino que se usa en el mundo, que me desatina; que debemos todo el bien que nos hacen a Dios, y tenemos por virtud, aunque sea ir contra El, no quebrantar esta amistad. ¡Oh ceguedad del mundo! ¡Fuerais Vos servido, Señor, que yo fuera ingratísima contra todo él, y contra Vos no lo fuera un punto! Mas ha sido todo al revés, por mis pecados. 

La historia sigue. Por ahora no digo nada: creo que está claro. 

jueves, 23 de julio de 2015

Custom madelman: Dick Dastard Soresse

 


Pues he vuelto a la carga con los customs madelman. Y lo hago con una figura que me parece muy atractiva: un paracaidista de la 101 División Aerotransportada.
Se trata de el bueno de Dick "Dastard" Soresse, de Springfield (Illinois). Y no digo más, no me suceda como en cierta ocasión en que hice un custom de un soldado español, combatiente en la División Azul y le di un nombre. A las pocas semanas, un señor muy amable me escribió para decirme que su padre se llamaba igual que mi custom y ¡había combatido en la Blau! Inmediatamente, le puse otro nombre a la figura, cosa que este señor agradeció.
Por supuesto, "Dastard" es un mote de este paracaidista, con "d", como Dick.
La figura es de Altaya, así como el uniforme; la mochila y las botas, también.
 
Lo más característico de esta figura es el corte de pelo, al estilo Mowhak, atestiguado en fotografías de los miembros de la 101 en la víspera de saltar sobre Normandía. Se trata de rebajar la cabeza, dejarla completamente calva y luego colocar el pelo. Hay que rebajar hasta le cabeza quede con unas proporciones razonables; los madelman son cabezones, de modo que no les viene mal una reducción del volumen craneal. Como puede apreciarse, estos soldados iban cargados con bastante equipo. La mochila es de Altaya, aunque le he cambiado los correajes y le he añadido hebillas y broches. Todas las demás correas, así como el cinturón han sido confeccionados. El cartón me ha servido para fabricar los estuches que cuelgan en la cintura. La pala es también casera, así como la funda que la sujeta al cinturón. La famosa ametralladora Thomson es repro en resina, pintada. El resto de los accesorios, son de procedencia variada. Espero que os guste.
 


viernes, 17 de julio de 2015

Eva y las manzanas

Una madre ve que su hija tiene dos suculentas manzanas, una en cada mano.
Entonces decide ponerla a prueba, para comprobar qué tal anda de generosidad su pequeña.
- ¿Me das una manzana, guapa?
La niña se queda un tanto sorprendida, mira las dos manzanas y duda. Entonces, muerde primero una y luego la otra. Ahora es la madre la que muestra cierta sorpresa, quizás desilusión: ¿acaso ha mordido las dos para no darme ninguna?
Entonces, la pequeña alarga su manita derecha y, con una sonrisa, dice: "Mami, ésta está más rica".
Y yo pienso en las veces en las que saco conclusiones precipitadas y erróneas sobre el comportamiento de los demás -también de quienes me quieren-.

Beowulf MS

Beowulf MS
Hwaet!