La segunda ilustración aparece en la página 12, con la leyenda "Beowulf replies haughtily to Hunferth".
El rey de los daneses, Hrothgar, recibe al Beowulf con un banquete en el Hall of Heorot. Uno de los hombres de confianza del primero, movido por los celos hacia el recién llegado, pone en evidencia al héroe Beowulf, recordándole un episodio de su juventud y anticipando su derrota ante Grendel (vv. 506-28). El héroe geata, sin perder la compostura, pero con altanería (dice la autora del libro), responde a Hunferth. Tras echarle en cara su embriaguez, explica lo que realmente ocurrió en el episodio referido por el danés, y finalmente le acusa de ser el asesino de sus propios hermanos. No debemos olvidar que matar a los de la propia sangre es un crimen abominable, del que fue culpable Caín, antepasado de Grendel.
En la ilustración de Bacon aparece, por primera vez, el héroe Beowulf; joven y fornido, apoya su pie derecho sobre un banco, al tiempo que alza su mano derecha, con ademán convincente. A su derecha, tres guerreros sentados escuchan con atención. Uno de ellos, el más próximo, está inclinado, en señal de sumisión. Al otro lado de la mesa (que anacrónicamente está cubierta por un mantel), los otros dos, con poblados bigotes, siguen absortos las palabras del héroe.
Al fondo de la ilustración, ataviado como un rey y con aspecto de anciano, Hrothgar también escucha, sentado en su trono; su cabeza está a la misma altura que la del geata, un detalle que confiere a ambos la misma dignidad. Parcialmente oculto, a la izquierda del soberano, advinamos a Hunferth: su cabeza está ligeramente hundida entre los hombros, indicando así lo comprometido de su situación, debido a las palabras de Beowulf.
A ambos márgenes del dibujo, aparecen dos coperos, portando en sus manos, cuernos con bebida.
Las palabras del héroe son seguidas por la aprobación del rey y las risas de los demás comensales, que declaran a Beowulf vencedor de este intercambio dialéctico. Inmediatamente después, la reina Wealtheow ofrece bebida a los asistentes (vv. 607ss). Las mujeres del poema (en su mayoría) actúan como garantes de la armonía en este universo, épico y masculino, donde cualquier ofensa puede acabar en violenta disputa.
Esta segunda ilustración me recuerda, no puedo evitarlo, los excelentes dibujos de Hal Foster (1892-1982) para Prince Valiant.
En la ilustración de Bacon aparece, por primera vez, el héroe Beowulf; joven y fornido, apoya su pie derecho sobre un banco, al tiempo que alza su mano derecha, con ademán convincente. A su derecha, tres guerreros sentados escuchan con atención. Uno de ellos, el más próximo, está inclinado, en señal de sumisión. Al otro lado de la mesa (que anacrónicamente está cubierta por un mantel), los otros dos, con poblados bigotes, siguen absortos las palabras del héroe.
Al fondo de la ilustración, ataviado como un rey y con aspecto de anciano, Hrothgar también escucha, sentado en su trono; su cabeza está a la misma altura que la del geata, un detalle que confiere a ambos la misma dignidad. Parcialmente oculto, a la izquierda del soberano, advinamos a Hunferth: su cabeza está ligeramente hundida entre los hombros, indicando así lo comprometido de su situación, debido a las palabras de Beowulf.
A ambos márgenes del dibujo, aparecen dos coperos, portando en sus manos, cuernos con bebida.
Las palabras del héroe son seguidas por la aprobación del rey y las risas de los demás comensales, que declaran a Beowulf vencedor de este intercambio dialéctico. Inmediatamente después, la reina Wealtheow ofrece bebida a los asistentes (vv. 607ss). Las mujeres del poema (en su mayoría) actúan como garantes de la armonía en este universo, épico y masculino, donde cualquier ofensa puede acabar en violenta disputa.
Esta segunda ilustración me recuerda, no puedo evitarlo, los excelentes dibujos de Hal Foster (1892-1982) para Prince Valiant.
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