lunes, 23 de septiembre de 2013

Los anglosajones en el cine

Una precisión terminológica en primer lugar. Cuando hablo de "anglosajones" no me estoy refiriendo a la cultura o a los habitantes de los países de habla inglesa, sino a los pobladores de Inglaterra desde el siglo V al XI. Tres tribus germánicas (anglos, sajones y jutas) que, tras emigrar del continente europeo, se establecieron en Inglaterra, hasta que fueron derrotados por los normandos en la batalla de Hastings (1066).
En realidad son pocas las películas que se ambientan en esos seis siglos de historia de Inglaterra. Aquí incluyo las que yo conozco y he visto.
Los vikingos (The Vikings), Richard Fleischer, 1958. Parcialmente ambientada en la Inglaterra anglosajona, hasta la que dos hermanos Einar y Eric, vuelven una y otra vez a saquear, conseguir el trono de Northumbria o el favor de las bellas habitantes del lugar. Kirk Douglas y Tony Curtis (hermanos, sin saberlo) acaban a palos. Janet Leigh (la chica de Psycho) es la protagonista y estaba casada con Curtis durante el rodaje.
Alfredo el Grande (Alfred the Great), Clive Donner, 1969. Mi favorita. La historia de este rey, desde su coronación hasta la victoria sobre los daneses. La película destaca su fervor religioso, aunque no su interés por las letras. Me emociona ver a los daneses golpeando sus escudos antes de las batallas, o a su rey Guthrum bebiendo la sangre de una de sus víctimas (bueno, esto no me emociona, me aterroriza, como el personaje de un guerrero danés bastante loco). Por otra parte, una cinta muy inglesa, gris, fría  y lluviosa.
Vikingos (Vikings), 2013-. Se trata de una serie televisiva cuya primera temporada se proyectó antes del verano. Me gusta, aunque hace algunas concesiones al erotismo fácil. Nos cuenta la historia de Ragnar Lothbrok (Travis Fimmel), el primer vikingo que decidió navegar hacia el oeste, para encontrar allí la Inglaterra anglosajona. Sus primeras víctimas son los monjes del Monasterio de Lindisfarne, en las costas de Northumbria, donde reina Aelle. Aethelstan, fraile de Lindisfarne, ha sido hecho esclavo por Ragnar, pero parece que entre los dos surge una cierta amistad. Veremos cómo acaban. La ambientación está muy cuidada.


El rey Arturo (King Arthur), Antoine Fuqua, 2004. Bueno, se trata de contar la historia del verdadero Arturo y sus caballeros. Los romanos se están marchando de la fría Britannia, para defender las fronteras continentales del Imperio. Se quedan los celtas romanizados y cristianos, que tratan de hacer frente a los sajones, brutales, salvajes y paganos, que vienen para quedarse (¡y se quedaron!). El retrato que se hace de la Iglesia cristiana es prácticamente caricaturesco. Arturo (Clive Owen), por cierto, no es celta, sino un jinete Sármata. ¿De donde habrá sacado esto el director? Me gusta particularmente la batalla con los sajones en el río y el modo en el que se representa a los Pictos del norte; Ginebra (Kiera Knightley) y Merlín pertenecen a esta tribu. Yo que tú, Arturo, me lo pensaba antes de casarme con ella.

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