Esperaba yo con cierto interés la nueva serie televisiva sobre Drácula. Pero después de ver el primer capítulo (y pasar superficialmente por el segundo), he decidido que no voy a seguir la serie. ¿Mis motivos?
1. Se trata de un cruce entre el Dracula de Coppola y alguna de las entregas de Underworld, con un toque a lo Van Helsing. También hay algo de los últimos Sherlock Holmes.
2. A esto hay que añadir un erotismo molesto y al límite de la calificación de "para mayores de 14 años".
3. Pero quizás lo que más me molesta es que hayan puesto al lampiño Jonathan Rhys Meyers en el papel del Conde Drácula. Con esto se consigue que el espectador piense (al ver al chupasangre en acción) que está ante un adolescente disfrazado de vampiro en la noche de Halloween. Y es que el joven Enrique VIII de los Tudor no está a la altura del añoso héroe rumano; por favor, Drácula es otra cosa.
De la relación entre esta serie y el libro de Bram Stoker no digo nada, porque nada hay que decir.
En fin, que sigo viendo The Walking Dead, y espero a que empiece la nueva temporada de Vikings.
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