viernes, 26 de abril de 2013

Estos días me he visto de tirón (y a deshoras) una serie inglesa que recordaba haber seguido (parcialmente) durante los 80. Se trata de Retorno a Brideshead (Brideshead Revisited, 1981), once episodios basados en la novela del mismo nombre publicada en 1945 por el escritor inglés Evelyn Waugh (1903-1966). Creo que es una joya.

La historia narra la vida de un joven, Charles Ryder, desde sus años de estudiante en Oxford hasta un momento determinado de su vida adulta, en el que es Capitán del ejército británico en plena Segunda Guerra Mundial. La vida de Ryder pivota en torno al encuentro en Oxford con un estudiante, Sebastian, miembro de una aristocrática familia católica, propietaria de una mansión (Bridshead) en Wiltshire. Entre ambos se establece una profunda amistad (con tintes claros de homosexualidad). Sebastian introduce a Charles en los ambientes más decadentes de la vida universitaria. El propio autor flirteó con la homosexualidad también en su etapa de estudiante, antes de casarse y convertirse al catolicismo.
Charles, el protagonista, se siente poderosamente atraído por el atractivo personal del joven Sebastian, su refinamiento, su excentricidad, su desafío a cualquier convencionalismo; pero también por su profunda tristeza, que le lleva paulatinamente al alcoholismo.
Ambos jóvenes visitan Brideshead en más de una ocasión, de modo que Charles conoce a todos los miembros de la familia de Sebastian: su hermano, su hermana y su madre, una mujer de profundas convicciones morales, que ejerce una influencia opresiva sobre Sebastian. Charles se muestra escéptico con la fe de sus nuevos amigos, viéndolas como una serie de creencias desfasadas, que no se sostienen frente al saludable racionalismo de un hombre del siglo XX. La fe es un tema de conversación frecuente entre Charles y los distintos miembros de esta familia, también con aquellos que como Sebastian o su hermana viven su fe entre dudas y altibajos.
Según Waugh, su historia versa sobre "'la acción de la Gracia', es decir, el amor unilateral e inmerecido mediante el cual Dios atrae de continuo a las almas hacia Él". Y así es, dado que nos encontramos ante todo un abanico de situaciones -adulterio, homosexualidad, alcoholismo, desesperación,...- en las que los personajes terminan por fiarse de su Creador, aunque esto conlleve un profundo sufrimiento. Quiero destacar, en este sentido, la decisión por la que que Charles y la hermana de Sebastian, Julia, optan (de común acuerdo y pese a estar profundamente enamorados) por separarse, dado que ambos están (infelizmente) casados.
Charles termina por convertirse también al catolicismo, algo que -lejos de solucionar todos sus problemas (se ve a sí mismo "sin hogar, sin hijos, en la mitad de su vida y sin amor")- sí lo lleva a afrontarlos desde una perspectiva radicalmente distinta: todo tiene sentido, aunque con frecuencia se nos oculte. Claro está que esta conclusión puede ser poco convincente. Pero para eso está la Gracia de Dios, que nos arrastra hacia él. Lo que tú y yo nos resistamos, es otra cuestión.

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Beowulf MS

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Hwaet!