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Un momento del Simposio |
En noviembre del año 2002 (¿o fue octubre?) organizamos en Jaén el "I Simposio San Josemaría: la grandeza de la vida ordinaria". Recuerdo que a los ponentes tuvimos casi que engañarlos para que vinieran a esta ciudad que, seamos sinceros, no es demasiado conocida. Pocos medios (como ahora), menos contactos, poca experiencia y muchas ganas. Covadonga O'Shea, Alfonso Aguiló, Alfonso Nieto, Jordi Cervós, entre otros, vinieron a Jaén y se fueron encantados (y nosostros de ellos).
Ayer se terminó el V Simposio, "San Josemaría y los jóvenes"; entre el primero y éste, ha habido tres más. Hoy en día, gente de todo el mundo sabe que, cada dos años, un nutrido grupo de personas (pertenecientes y no al Opus Dei) se reúnen en Jaén para hablar del fundador de esta institución de la Iglesia Católica. San Josemaría "engancha", ahora y antes; "conecta" con gente de cualquier posición social, nivel cultural o raza; San Josemaría remueve los corazones de quienes no han perdido la capacidad de asombrarse o enamorarse, ese escalofrío que recorre el alma cuando uno descubre un ideal que merece la pena vivir.
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El Dr. Jaime Nubiola |
De eso, y de otras cosas, habló el Dr. Nubiola (Universidad de Navarra): lo que atraía de este santo, además de sus virtudes humanas, era su identificación con Cristo, la vibración de esos "libros de fuego" con los que quiere pegar fuego al mundo.
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La Dra. Ana Sastre |
La Dra. Ana Sastre (experta en nutrición y autora de la biografía Tiempo de Caminar) hizo una síntesis formidable de las principales características del s. XX, y cómo el mensaje de San Josemaría, ese "materialismo cristiano" como le gustaba decir a él, es una actualización revolucionaria de la verdad evangélica en un mundo que tiene aún (a veces sin saberlo) hambre de Dios; este anhelo es, precisamente, lo que define la juventud. La misma realidad fue constatada por Alfonso Aguiló, experto en educación y director de un colegio en Vallecas, para quién los jóvenes de hoy en día tienen una serie de inquietudes e interrogantes a los que padres y educadores no pueden dar repuestas improvisadas.
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Los "cracks" del colegio Tajamar en Vallecas |
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La Dra. Sádaba, junto a Miguel Aranguren |
Uno de los rasgos más distintivos de los jóvenes hoy en día es su familiaridad con las nuevas tecnologías, en especial el mundo de las redes sociales e internet. Parafraseando a Benedicto XVI, Rosario Sádaba (Vicedecana de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra) incidió en que este afán por dialogar, chatear, transmitir emociones y proyectarse a sí mismo, es prueba palmaria de que el hombre ha nacido para el diálogo y, en último término, para establecer una relación de amor con Dios. La necesidad imperiosa de comunicarse con los demás "como un niño", nos dijo el escritor Miguel Aranguren, le llevó a él a dedicarse a la literatura, convirtiéndose en un trabajador de las palabras para ayudar a los demás con sus obras y, así, poner sus talentos al servicio de los demás.
Me emocioné cuando otro de los ponentes nos dijo que la juventud del hombre pervive mientras somos capaces de admirarnos ante la belleza, mientras somos capaces de guardar silencio en nuestro interior y volver a mirar al mundo para encontrar la sorpresa en las cosas cotidianas; como decía San Josemaría, para descubrir ese "algo santo, divino, escondido en las situaciones más comunes" (Conversaciones con monseñor Escrivá de Balaguer, n. 114).
(sigue en http://eugenioolivares.blogspot.com/2010/11/v-simposio-san-josemaria-y-los-jovenes_22.html)