Iglesia de la Abadía |
En el año 2001 tuve la suerte de participar en un congreso de la Asociación Internacional de Amigos de Thomas More, que se celebraba en la Abadía de Fontevraud, erigida a principios del siglo XII. En la actualidad funciona como Centro Cultural; allí me encontré con una vieja amiga.
En el centro del crucero de la restaurada iglesia de la abadía, y mirando hacia el ábside, hay cuatro tumbas de piedra policromada: la de Ricardo Corazón de León, junto a la de su esposa Isabel de Angulema; la del padre del primero, Enrique II Plantagenet y la de su cónyuge, Leonor de Aquitania (1122-1204); a ella la conozco desde hace tiempo.
Conocida como la Reina de los trovadores, por su gusto por la lírica provenzal y por su mecenazgo de distintos trovadores franceses, hace unos años escribí un artículo reuniendo toda la información que pude sobre sus tareas como promotora de la literatura del amor cortés en Inglaterra; allí marchó cuando contrajo matrimonio con un plantagenet, que reinaría en la isla y sobre las posesiones continentales de su esposa, como Enrique II.
Después de una vida llena de avatares (se casó en dos ocasiones; apoyó la rebelión de su hijo Ricardo contra su propio padre; fue recluida en una torre; consiguió la liberación de su hijo preso;...), decidió retirarse a la Abadía de Fontevraud y hacerse monja.
Me ha surgido ahora la ocasión de publicar el citado artículo (que nunca vio la luz) y he vuelto a trabajar sobre esta reina, que reposa bajo la cúpula central, con los ojos cerrados y sosteniendo entre sus manos un libro de oraciones o, por qué no, algún romance cortés. En 1965, la prestigiosa historiadora francesa Régine Pernoud escribió una biografía de esta reina, intentando vislumbrar la verdadera historia de Leonor, entre tantos rumores que la presentaban como víctima (de su esposo) o verdugo (de la amante de éste), como provocadora y adúltera, o santa. En las páginas de Pernoud se descubre a una mujer fuerte, valiente, ambiciosa y extremadamente culta. Y si no tenéis ganas de leer este libro (o alguno de los que se publicaron en 2004, con ocasión de los 800 años de su muerte), siempre podéis ver una deliciosa película, El león de invierno (The Lion in Winter, Anthony Harvey, 1968), en la que la inolvidable Katharine Hepburn interpreta el papel de la reina, y Peter O'Toole, el de su "inquieto" esposo.