sábado, 1 de agosto de 2009

Una oferta que no podrá rechazar...


Nos recuerda mi amigo Javier Cercas en su magnífico blog de libros ("Pasen y lean") que se cumple el 40 aniversario de la publicación de El Padrino, la obra más leída de Mario Puzo. Añade, además, que han pasado diez años desde la muerte de este escrotor italo-americano. La efemérides me ha animado a escribir algo al respecto.

Estoy leyendo estos días Gomorra, de Roberto Saviano, un napolitano que -curiosa casualidad- ha celebrado este año su 30 cumpleaños. En este su primer libro, el autor hace una radiografía de la Camorra de Nápoles. Su estilo ágil, como de reportaje periodístico, ha gustado mucho al público, tanto que el año pasado se estrenó una película basada en su obra y dirigida por Matteo Garrone. Saviano podría estar feliz con el éxito de su libro, si no fuera porque la Camorra le ha amenazado de muerte. Desde hace algún tiempo, ya no vive en Nápoles y necesita de protección policial permanente.

Mario Puzo nació en Hell's Kitchen ("la Cocina del Infierno"), un barrio de Manhattan muy conocido por las actividades criminales de los irlandeses. Puzo era descendiente de emigrantes napolitanos. El Padrino es un hito en la historia de la literatura sobre la mafia. La historia cuenta la vida de Vito Corleone (Vito Andolini, en realidad), un siciliano cuya familia llega a controlar el crimen organizado en New York. Leí la novela hace muchos años y me gustó. Pero, a decir verdad, prefiero la versión cinematográfica que Coppola dirigiera en 1972; Puzo hizo sus contribuciones al guión y a diversas tareas de producción. En las tertulias nocturnas, conversaciones familiares y charlas con amigos, no sé por qué, siempre acabo sacando a colación esta película; y siempre encuentro entusiasmo en mis interlocutores.

Y es que Don Vito, pese a no ser un santo varón, tiene un halo que resulta enormemente atractivo. A esto contribuye sin duda el carisma de Marlon Brando y la profesionalidad de un joven Robert de Niro, en la segunda parte de lo que terminó siendo una trilogía. Mas allá de esto, Vito Corleone es enormemente hábil, inteligente, y encarna una serie de valores que terminan gustando necesariamente al público. Lealtad, esfuerzo, afán de superación, amor a la familia,...tanto es así que, en ocasiones, uno puede perder de vista que se encuentra ante un asesino extorsionador, que se enriqueció traficando durante la ley seca y, luego, controlando casas de juego y prostíbulos. No, no es un modelo ejemplar de vida la suya. Luego está la aureola que le rodea, a él, a su familia y a sus sicarios: los trajes de seda, los abrigos de cuello levantado, los sombreros, los flamantes coches y el ruido de las thompson al descargar sus ráfagas.

Nada de eso se encuentra en la Camorra que describe Saviano. El "Sistema" que ha hecho de Nápoles su feudo es igualmente brutal, vengativo y letal. Pero sus métodos son otros, los de una organización terrorista: los killers van en moto y no conocen a quienes les dirigen; utilizan a niños y jóvenes como cebo en sus asesinatos y como reclutas de sus grupos de asalto; disfrutan con las granadas de mano; matan y torturan a hombres, mujeres y niños; y, en los ratos libres, juegan a la Play Station. Sus fuentes de riqueza son, sobre todo, la droga, pero también el tráfico de zapatillas Nike, las prendas de alta confección y un sin fin de productos que tú y yo compramos a buen precio, porque no han pagado los aranceles de aduana.

Los tiempos han cambiado, Don Vito.

2 comentarios:

  1. A mí también me encantó la película.
    La sintaxis guión-interpretación-música está muy bien pergeñada. Como dicen en mi tierra, Marlon Brando y De Niro "trabajan" muy bien en la película.

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  2. Gracias, Fernando. En mi tierra también se dice lo mismo.

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Beowulf MS

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Hwaet!