Privada de la violencia gamberra de sus otras películas (que persiste en unas cuantas secuencias), la última cinta de Tarantino resulta ser un film más. Inglorious Bastards (2009) -remake de una cita italiana bastante mala (Quel maledetto treno blindato, 1978)- nos presenta a un grupo de soldados yankees a las órdenes de Aldo Raine (Brad Pitt), cuyo único fin es infiltrarse tras las líneas alemanas para "matar nazis". Bien, pero esa trama ya la llevó a la pantalla -y con bastante más acierto- Robert Aldrich en 1967 con Doce del patíbulo (Dirty Dozen). Cuando estoy de mal humor, me gusta ver las interpretaciones de Telly Savalas o Donald Sutherland en esa película. En la cinta de Tarantino destaca Christoph Waltz en el papel del coronel de las SS Hans Landa, pero poco más.
Y sin embargo Tarantino ha hecho bien en recordar al público la importancia que el III Reich dio al cine, como instrumento propagandístico. El ministro de propaganda Joseph Goebbels controló el contenido de los films de UFA, los estudios cinematográficos más importantes de Alemania, mediante amenazas y presiones políticas. La película gira en torno al estreno de una película pro-nazi en un cine francés. Al evento asistirán todos los figurones de la Alemania de Hitler, incluido el mismo Führer. Durante la recepción previa a la proyección, aparece un invitado que es presentado como el mejor actor de Alemania, Emil Jannings. Pocos le conocen hoy en día, pero gozaba de una enorme popularidad en Alemania. En 1930 había co-protagonizado con Marlene Dietrich El Angel Azul; cuatro años antes fue Mephisto en la versión alemana muda de Fausto, a las órdenes del genial Murnau. Tras el ascenso de Hitler al poder (1933), se quedó en Alemania y debido a sus simpatías hacia el nacionalsocialismo (hay quien dice que fue por seguir trabajando) llegó a la dirección de la UFA. Con la derrota de Alemania, las autoridades aliadas no le permitieron trabajar nuevamente, por lo que se retiró a Austria, en donde murió en 1950. Las malas compañías...
Se me viene a la cabeza otro Jannings, Ernst Jannings, Ministro de Justicia con Hitler y uno de los acusados que aparecen en el film de Stanley Kramer ¿Vencedores o vencidos? (Judgement at Nuremberg, 1953). Disfruten del discurso del Juez Jannings, magistralmente interpretado por Burt Lancaster. No fue él el último juez inicuo en venderse al poder.
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