Me manda un amigo de Granada una nota en la que me hace saber que COGAM (colectivo de gays, lesbianas, transexuales y bisexuales de Madrid) ha tenido una iniciativa, marcada por el respeto y la tolerancia que les caracteriza. Han elaborado un llamado “Calendario Laico” en el que aparecen imágenes religiosas referidas a la Virgen María o Jesús. Pero claro, como el calendario es “laico”, la Madre de Dios y su hijo son interpretados por una serie de individuos, individuas (¿o yo qué sé qué son?), ataviados al estilo drag queen y en actitudes obscenas, provocativas o claramente ofensivas para la Fe de los católicos.
Este calendario dice mucho del modo en que estas personas entienden el concepto laico: aquello que va en contra de lo religioso. Pero, además, pretende dar una idea totalmente falsa de cuál es la actitud de los homosexuales ante las creencias personales. Estoy convencido que muchos gays y lesbianas sentirán verdadera repugnancia ante semejante mascarada. Y lo digo con conocimiento de causa: tengo amigos cuya homosexualidad no les convierte en voceadores del odio anti-religioso, que practican los sacramentos y llevan una vida de coherencia con la Fe católica; sí, he dicho coherencia, con todo lo que esta palabra implica. Para ellos, la Iglesia es una Madre que acoge a todos. Claro está, estas personas no participan en las pantomimas circenses de los desfiles del orgullo gay, ni hacen gala de sus tendencias sexuales –como tampoco lo hacemos los heterosexuales-. Tampoco hacen proselitismo, invitando a quienes tienen alrededor a replantearse su condición sexual y a “salir del armario”.
En suma, COGAM merece para mí el mismo respeto que los que publican calendarios con fotos de mujeres (semi)desnudas, tan habituales en bares de mala muerte o en talleres de dudosa fiabilidad.
Este calendario dice mucho del modo en que estas personas entienden el concepto laico: aquello que va en contra de lo religioso. Pero, además, pretende dar una idea totalmente falsa de cuál es la actitud de los homosexuales ante las creencias personales. Estoy convencido que muchos gays y lesbianas sentirán verdadera repugnancia ante semejante mascarada. Y lo digo con conocimiento de causa: tengo amigos cuya homosexualidad no les convierte en voceadores del odio anti-religioso, que practican los sacramentos y llevan una vida de coherencia con la Fe católica; sí, he dicho coherencia, con todo lo que esta palabra implica. Para ellos, la Iglesia es una Madre que acoge a todos. Claro está, estas personas no participan en las pantomimas circenses de los desfiles del orgullo gay, ni hacen gala de sus tendencias sexuales –como tampoco lo hacemos los heterosexuales-. Tampoco hacen proselitismo, invitando a quienes tienen alrededor a replantearse su condición sexual y a “salir del armario”.
En suma, COGAM merece para mí el mismo respeto que los que publican calendarios con fotos de mujeres (semi)desnudas, tan habituales en bares de mala muerte o en talleres de dudosa fiabilidad.
Resentimientoque no constuye nada. Esa muchas veces es su actitud, como la de los nacionalistas, aunque aquí el tema no es de broma.
ResponderEliminarSAludos
Chiquillo, Eugenio, se ve que este tema te ha tocado las narices (si me permites esta expresión).
ResponderEliminarComo te conozco bien, sé cuál es tu actitud, que también se echa de ver, y mucho, en esta entrada de tu blog: eres muy sereno y ecuánime, y respetuosísimo con las personas y con sus ideas, no me cabe duda.
Y muy jiennense: un poco chuleta, en el buen sentido, cuando te tocan las narices.
Esta entrada de tu blog es serena.
Y la actitud de la sociedad en general es más respetuosa: ya no se les dice tal palabra-taco.
A mí también me duele conocer esta noticia. No tenía ni idea. Lo del calendario.
Me he acordado de lo que dice el Catecismo de la Iglesia Católica sobre las personas homosexuales. Básicamente, aunque quizá no lo exprese bien, es que a estas personas les ha tocado llevar una cruz así.
Bueno, ya sabes que "no les ha tocado", sino que nuestro Padre Dios (él sabe más), ha permitido o ha enviado, o como se diga, lo que él haya dispuesto, en cualquier caso, para llevar una vida digna de una persona humana.
Más un Cielo muy alto.
Una cosa es esta característica de la personalidad, que, chico, otros somos un poco cabezones (literalmente), y otra cosa es dejarse llevar por la tendencia homosexual en lo sexual.
Total, que estoy de acuerdo contigo.
Ya sabes que soy profesor: estamos en este asunto, y ayudando a los padres. Aunque casos de homosexualidad hemos encontrado escasísimos.
Un abrazo.
Fernando
Granada