lunes, 8 de junio de 2009

DÍA D, HORA H








El 6 de junio de 1944, a las 6’30 de la mañana, la mayor fuerza expedicionaria jamás reunida durante un conflicto bélico ponía rumbo a las costas de Normandía, dando comienzo la operación Overlord. La noche anterior, poco después de las 0’00 tropas aerotransportadas angloamericanas habían sido lanzadas tras las líneas enemigas.
Las costas de Normandía habían sido divididas en cuatro sectores, conocidos con los nombres clave de Sword, Juno, Omaha, Utah y Gold. El Alto Mando alemán sabía que los aliados, más tarde o más temprano, intentarían abrir un segundo frente en Europa y las costas de Francia eran la previsible puerta de entrada al continente. Además, una ofensiva aliada en Francia era la forma más directa de amenazar las fronteras de la Alemania nazi.

Stalin reprochaba con razón a sus aliados occidentales que el peso de la lucha contra el III Reich lo estaba llevando la Unión Soviética. En realidad, había ya un segundo frente abierto en Europa contra la Alemania de Hitler, desde que los aliados invadieron Sicilia en Septiembre de 1943. En cualquier caso, los combates en la península italiana no suponían una amenaza real para el Reich y la pericia del Mariscal Kesselring consiguió que el avance aliado fuera lento y enormemente costoso.
De las cuatro divisiones que defendían las costas de Normandía, sólo la 352 de infantería y la 91 aerotransportada estaban realmente preparadas para el combate. Rommel, encargado de la defensa del mal llamado Muro Atlántico -sólo en algunos lugares de la costa lo era realmente- sabía esto, por lo que ubicó en Caen a la formidable 21 División Panzer, lista para ser movilizada en caso de invasión.

Al final del Día D, y pese a que en el sector de Omaha los aliados se plantearon la posibilidad de abandonar la playa, la operación podía considerarse un éxito razonable. En menos de una año, la guerra en Europa había terminado. Repuestos de la sorpresa inicial, los alemanes respondieron con ferocidad. Las divisiones acorazadas alemanas estaban curtidas en muchos campos de batalla (desde el norte de África hasta las llanuras soviéticas); junto a ellas combatían las Waffen SS. La Batalla de Normandía, curiosamente, se decidió en el aire: fue la superioridad aérea de los aliados, que continuamente bombardeaban las líneas de blindados y abastecimiento de los alemanes, las que inclinaron afortunadamente la balanza al final hacia el lado de los aliados.

2 comentarios:

  1. Me recuerdas escribiendo a un columnista de un periódico de difusión nacional: Hermann Tertsch; solo que tu incluso le superas.

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  2. El tema me apasiona. Un día, y sin apasionamiento, escribiré de la "Blau".

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Beowulf MS

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Hwaet!