Hoy por la tarde, mi amigo Richard T. Meyer de Chicago, junta a su mujer Anne y sus seis hijos, asistirán a la Misa que se celebrará en honor de San Josemaría Escrivá en la Iglesia de Our Lady of the Angels en Chicago. Gustavo Galindo, de Méjico, y su esposa Betty, a quienes conocí en el 2003 en New Haven (USA), lo harán en la Catedral de St Patrick de Nueva York. Hoy, gente de todas las razas, de todas las condiciones sociales y en los cinco continentes darán gracias a Dios por la fidelidad de San Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei.
El mensaje de este santo (1902-1975), en lo esencial, es bien sencillo. Cualquier hombre, por bautizado, está llamado a la santidad, a la identificación con Cristo. En el caso de las personas llamadas al Opus Dei -tú, por ejemplo- el modo concreto de alcanzar la santidad es quedarte donde estás, haciendo tu trabajo con perfección humana y profesional, queriendo a tu familia y amigos, y hablándoles a todos de Cristo con una sonrisa. Tienes toda la vida para hacerlo, sin desánimos, comenzando una y otra vez, hasta el último suspiro. Piensa esto cada vez que te levantes por la mañana.
"¿A quién molesta este santo?" -se preguntaba hace algún tiempo la periodista Pilar Urbano-. Muy sencillo: a quienes les gustaría que los cristianos estuvieran refugiados en las parroquias, en las sacristías, en los conventos, en los claustros,...en las catacumbas. No, los cristianos estamos, como ellos -y con el mismo derecho- justo en medio de la calle, en el fragor del mundo, bajo el sol y con la que está cayendo, porque ahí nos ha puesto Dios y San Josemaría nos lo recordaba insistentemente.
Al hilo de tus palabras, me acordaba también cuando le preguntaron por qué oratorio de la sede central del Opus Dei en Roma le gustaba más. Sin dudarlo comentó ... la calle.
ResponderEliminarLo que hace falta es que todos tengamos la coherencia de no avergonzarnos de hablar de nuestra fe en esa calle.
Eugenio, me alegra que tengas contacto con Richard Meyer. Fue compañero mío de departamento de inglés en Jaén. Perdí todo contacto con él. Te agradecería me enviaras su email. Un abrazo. Voy a intentar mandarte este comentario como un usuario de blog. Si no, pues ea, anónimo. Una cosa puntual: he pedido a San Josemaría hoy una mejora en mi salud... y he mejorado. Ya te contaré si quieres.
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