“Danny Boy” es una balada irlandesa compuesta en 1910 y que se entona al son de un himno irlandés muy popular de principios de siglo (el Londonderry Air) cantado por los emigrantes que llegaban en oleadas a los Estados Unidos desde Eire.
En 1990 se estrenó la película “Muerte entre las flores” (Miller’s Crossing) de Joel y Ethan Coen. Leo O’Bannon es un irlandés que tiene el control político de una gran ciudad en la época de la ley seca. Sus métodos son los de un gangster; sus enemigos, la mafia italiana y su sentimentalismo: está ciegamente enamorado de una mujer que juega con él.
En 1990 se estrenó la película “Muerte entre las flores” (Miller’s Crossing) de Joel y Ethan Coen. Leo O’Bannon es un irlandés que tiene el control político de una gran ciudad en la época de la ley seca. Sus métodos son los de un gangster; sus enemigos, la mafia italiana y su sentimentalismo: está ciegamente enamorado de una mujer que juega con él.
Como todo irlandés –como todo emigrante- añora a su patria. Tendido en la cama de su dormitorio, saborea un puro mientras escucha en su gramófono al tenor irlandés Frank Patterson interpretar “Danny Boy” en un disco de pizarra. Leo que, debemos suponer ha hecho fortuna en los bajos fondos, es extremadamente sagaz y distingue el olor de un humo distinto al que arde cerca de su nariz. Mira hacia la izquierda y puede observar los hilos grises que se filtran sinuosos entre las tablas de madera del suelo. Inmediatamente entiende lo que está pasando: hay fuego en el piso de abajo. Con la frialdad de quien sabe que la precipitación le delatará, se sienta en el borde de la cama, introduce cuidadosamente sus pies desnudos en las zapatillas y apaga el puro; después lo mete en el bolsillo de su batín. Antes de deslizarse debajo de su lecho, ha cogido el revólver que había en su mesita de noche.
Comienza una secuencia espléndida que concluye con los últimos sones de “Danny Boy”. Leo tiene otra vez el puro en boca; en sus manos sostiene una ametralladora Thompson, la famosa Tommy gun.
Oye, Eugenio, he disfrutado con la secuencia. Me parece sencillamente bestial. Luego me he dado cuenta que tenía el volumen del ordenador al mínimo, pero aun así ha estado muy bien. No tenía ni idea de la película ni de la canción. Gracias por colgar la secuencia. Lo único que me sonaba era la metralleta, pero tampoco sabía el nombre. Lo mejor: la sangre fría del tipo y lo espectacular de cómo van cayendo los malos. Y, de fondo, la música, sí señor. Tengo a mi lado a Guillermo, en otro ordenador. Se ve que él es más cultivado: conocía la canción y el cantante (!). No le digas que le he "metido" en el comentario. -Me aprendo el título de la película para verla algún día en familia (si es el caso).
ResponderEliminarGracias, gentleman. Se ve que el tal Leo estaba en forma. ¿Viste cómo saltaba por la ventana? Se le notaba que había dado muchos tiros, en sentido literal y metafórico.
ResponderEliminarLa película se puede ver, sin problemas; alguna cosilla un tanto sensual, pero nada más.
El cantante era católico, de arriba abajo.
Un abrazo.