lunes, 25 de octubre de 2010

Mis portadas favoritas (2)

And the winner is: Lui Prince!!!!

"¿El disco puede ser A night at the opera de Queen?" 
Lo es.
Queen, las indiscutibles reinas del rock, publicaron este LP en 1975. La funda era blanca, y se abría como un libro. Dentro, el vinilo, letras de canciones y, en algún lugar, se leía: "No Synthesisers!". Eran otros tiempos.

Es Dulce y Decoroso Morir por la Patria

Ya he hablado con anterioridad de Wilfred Owen, poeta y oficial británico, muerto en combate al final de la Primera Guerra Mundial.(http://eugenioolivares.blogspot.com/2010/10/strange-meeting-de-wilfred-owen-1893.html). 
Quiero incluir ahora el que, quizás, es su más conocido poema. Lo traduciré (sin pretensión poética alguna) para que todos podáis entender su descarnado rechazo de cualquier visión heroica de la guerra. La cita latina que da título al poema (y a esta entrada) es de las Odas del poeta latino Horacio (III.2.13).


"Dulce Et Decorum Est"

Bent double, like old beggars under sacks,

Doblados como viejos mendigos bajo bolsas,
Knock-kneed, coughing like hags, we cursed through sludge,
Chocando las rodillas, tosiendo como viejas, maldecíamos por entre el fango,
Till on the haunting flares we turned our backs
Hasta que dimos la espalda a las fantasmales bengalas
And towards our distant rest began to trudge.
Y empezamos a arrastrarnos hacia nuestro descanso remoto.
Men marched asleep. Many had lost their boots
Los hombres marchaban dormidos. Muchos habían perdido las botas,
But limped on, blood-shod. All went lame; all blind;
Pero seguían cojeando, herrados de sangre. Todos iban cojos; todos ciegos;
Drunk with fatigue; deaf even to the hoots
Borrachos de fatiga; sordos incluso a los silbidos
Of tired, outstripped Five-Nines that dropped behind.
De los cansados Cinco-Nueve que, rebasados, caían detrás.
Gas! Gas! Quick, boys!—An ecstasy of fumbling,
¡Gas! ¡Gas! ¡Rápido, muchachos! Un éxtasis de torpeza,
Fitting the clumsy helmets just in time;
Al ajustarnos los toscos cascos justo a tiempo;
But someone still was yelling out and stumbling
Pero uno aún estaba gritando –tropezaba-
And flound'ring like a man in fire or lime...
Y se debatía como un hombre en llamas o cal viva….
Dim, through the misty panes and thick green light,
Borroso, a través de los cristales empañados y una densa luz verde,
As under a green sea, I saw him drowning.
Como bajo un verde mar, lo vi que se ahogaba.


In all my dreams, before my helpless sight,
En todos mis sueños, ante mi vista impotente,
He plunges at me, guttering, choking, drowning.
Se me abalanza, atragantándose, asfixiándose, ahogándose.
If in some smothering dreams you too could pace
Si en algún agobiante sueño también tú pudieras caminar
Behind the wagon that we flung him in,
Tras la carreta en donde lo arrojamos,
And watch the white eyes writhing in his face,
Y contemplar los blancos ojos arrugándose en su cara,
His hanging face, like a devil's sick of sin;
Su cara desencajada, como la de un diablo enfermo de pecado;
If you could hear, at every jolt, the blood
Si pudieras oír, a cada estertor, la sangre
Come gargling from the froth-corrupted lungs,
Salir gorgoteando de los pulmones corrompidos en espuma,
Obscene as cancer, bitter as the cud
Obscena como el cáncer, amarga como el bolo
Of vile, incurable sores on innocent tongues,—
De viles llagas incurables en lenguas inocentes,–
My friend, you would not tell with such high zest
Amigo mío, no les dirías con tanto entusiasmo
To children ardent for some desperate glory,
A los niños que anhelan una pronta gloria
The old Lie: Dulce et decorum est
La vieja mentira: Dulce et decorum est
Pro patria mori.
Pro patria mori.

domingo, 24 de octubre de 2010

Pies con historia (4)

¿Reconocéis estos pies? Simplemente os diré que son de un actor alemán, apenas conocido hoy en día (salvo por este personaje).

Mis portadas favoritas (2)


Probablemente, el mejor disco de esta banda. ¿Lo conocéis? Venga, que también hay música buena en los setenta.

sábado, 23 de octubre de 2010

Rostros con historia (30)

El gran Kurtz75, al que nos referiremos desde ahora como Jaimemarlow, ha vuelto a acertar:
"El actor es el austriaco (bueno... alemán en el momento de rodarse la película) Ferdinand Marian, el personaje es Joseph Süß (Suss) Oppenheimer, el protagonista de la película 'El judío Süß' (Suss), dirigida por Veit Harlan en 1941.

Ferdinand Marian (1902-1946) no pudo quitarse de encima la maldición de haber protagonizado este film propagandístico anti-judío, supervisado por el mismísimo Goebbels, cadavérico ministro de propaganda del Reich.

viernes, 22 de octubre de 2010

Psicosis (1960-2010): Hitchcock frente a Bloch, Freud y Shakespeare. 10 de diciembre de 2010.


Coincidiendo con el 50 aniversario del estreno de la película Psicosis (Psycho, Alfred Hitchcock, 1960), he decidido organizar esta actividad en la que se abordará el análisis de distintos aspectos relacionados con la citada película.
En primer lugar, y dado que Psicosis está basada en la novela del mismo título publicada en 1959 por el escritor norteamericano Robert Bloch, deben estudiarse cuestiones relativas a la relación entre el discurso literario y el discurso fílmico, mediando un híbrido entre ambos, el guión cinematográfico (firmado por Joseph Stefano).
En este marco, hemos centrado nuestra atención en aspectos puntuales, íntimamente ligados, que han de ser tenidos necesariamente en cuenta en cualquier aproximación que se haga hoy en día a un corpus como el que hemos seleccionado. La problemática relativa a las cuestiones de género es central en la historia de los protagonistas. Así, la transgresión de roles y la construcción de nuevas identidades sexuales, es valorada negativamente (como patologías) tanto por el autor original de la obra, como por el director del film.
Existe, además, otra perspectiva desde la que se puede incidir en el análisis de los citados discursos literarios y fílmicos. La crítica psicoanalítica (que aplica el método freudiano a las obras artísticas) tuvo mucho predicamento en el campo de la teoría literaria, especialmente durante los años 40 y 50 del siglo XX. Influyó, además, de forma notoria en el pensamiento de la primera mitad de la pasada centuria. Tanto es así que el autor de la novela, Robert Bloch, confesó en más de una ocasión haber dado un armazón claramente freudiano (y más concretamente edípico) al argumento de su historia. De forma similar, Hitchcock estaba también fuertemente seducido por el psicoanálisis, como lo muestran muchas de sus películas, antes y después de Psycho (Marnie, 1964; North by Northwest, 1959; Vertigo, 1958; Rear Window, 1954; Spellbound, 1945). Finalmente, se pueden establecer puntos de contacto, aplicando este modelo de análisis, entre Psycho y la obra canónica que tradicionalmente ha mostrado una particular sintonía con los patrones freudianos: Hamlet de William Shakespeare. Esta conexión, además de estar propiciada por un mismo (y supuesto) esquema, el Complejo de Edipo, puede estar en la misma génesis de la novela de Bloch.
Finalmente, vemos oportuno proponer posibles actuaciones de cara a la docencia, que integren el análisis de la novela y su película. Se trata de cotejar determinadas secuencias (narrativas y cinematográficas), incidiendo en los distintos recursos y su efectividad.
Diré, por último, que todos los ponentes que participan en esta actividad son doctores y, en su mayoría, profesores titulares de Universidad.
Descargar programa en:
http://www.scribd.com/doc/41213510

Mis portadas favoritas (1)

Nada, nada, no habéis acertado (y sí en Facebook).
Se trata del LP "Who's Next" (1971) de los todopoderosos The Who.

Rostros con historia (30)

Y para celebrar las treinta entradas de "Rostros con historia", el fotograma de una película que, sin duda, tiene mucha historia (desgraciadamente).
Actor, personaje y película. ¿Los sabes?

jueves, 21 de octubre de 2010

Rostros con historia (29)

"El personaje es el Doctor Caligari, en la película El gabinete del Doctor Caligari. Y el actor es Werner Krauss", Kurtz75 dixit.
En efecto, Werner Krauss (1884-1959) interpretó a este siniestro personaje en la magistral Das Kabinett des Doktor Caligari, dirigida en 1920 por Robert Wiene (1873-1938).

Mis portadas favoritas (1)

Inicio una nueva serie. Se trata de que me averiguéis el título y autor de este LP. Ya no se hacen joyas así (me refiero al diseño, no necesariamente a la música).
Empezamos con una de los grandes. Enchufad el tocadiscos y que suene el vinilo.

Rostros con historia (29)

Una fácil, del cine expresionista alemán, antes de la Segunda Guerra Mundial. ¿Quién es este personaje? ¿Qué actor lo interpreta y en qué película?
Creo que Kurtz75 estaba esperando esto.

miércoles, 20 de octubre de 2010

El primer single de The Police en España

En 1978 la casa A&M Records sacaba al mercado español el primer single de un grupo británico llamado The Police. Se trataba de la canción "Roxanne", y el trío liderado por Sting estaba de moda. En la portada del single inglés aparecía un teléfono rojo, con la foto de una chica en el centro. En España, el sencillo era diferente, pues tenía la misma foto que el primer LP de la banda, Outlandos d'Amour (1978).
Los distribuidores de A&M Records en España, Epic Records, cometieron un error al imprimir la portada del single. Así, donde debiera decir "Roxanne", se leía "Hoxanne". Al darse cuenta de la pifia, retiraron el disco del mercado. Ya se habían vendido bastantes. El resultado es que, años después, este single es una auténtica pieza de coleccionista que ronda los 300 euros. Yo lo tengo, pero su antiguo dueño -que amablemente me lo regaló- había recortado la portada ¡justo donde aparecía el nombre del grupo y la errata! En fin, no se puede tener todo.

lunes, 18 de octubre de 2010

Los vampiros en la Edad Media

El vampiro medieval es una abominación, un cadáver ambulante -generalmente el de un campesino-, que se levanta de su sepultura para asesinar y alimentarse, bebiendo la sangre de sus víctimas y devorando su carne. La muerte, indudablemente ha marcado su aspecto físico, pues la descomposición sólo se ha ralentizado. El espectro inmaterial, el fantasma que aparece una y otra vez en las obras de Shakespeare, aterroriza, produce pavor, aunque rara vez su encuentro conlleva la muerte. El reviniente -y el vampiro, por ende- es mucho más amenazador, pues su corporeidad amenaza la nuestra.
A falta de una tradición homogénea que se remonte al primer vampiro (estas genealogías sólo se dan en las lecturas recientes del fenómeno), el vampirismo surge más bien como una maldición que cae sobre todos aquellos que no han llevado una vida demasiado ejemplar. Por tanto, más que preguntar ¿de dónde vienen los vampiros?, la cuestión es ¿quién se puede convertir en vampiro? Los malditos que la tierra vomita de sus entrañas: ajusticiados, asesinos, sodomitas, fornicadores, herejes, suicidas, hechiceros, hombres lobo,.... La primera pregunta se fundamenta en la transmisión del vampirismo como algo contagioso, una característica ausente en los orígenes del mito. Por el contrario, la segunda es mucho más flexible y más aterradora, pues, junto a los malvados, hay también otros candidatos a ser vampiros, simplemente, por el azar: el séptimo hijo de un séptimo hijo o quien ha nacido con dientes.
En una época de muerte, hambruna y epidemias, especialmente sufridas por las clases más desfavorecidas, éstas dan forma a sus miedos, para así poder controlarlos y, quizás, eliminarlos. Entonces el vampiro, como ellos también un desheredado, personifica todo lo que temen. Para muchos, la realidad era tan atroz el vampiro surge para, al combatirlo, tener alguna oportunidad de enfrentarse a las tragedias de una penosa existencia. Luchando contra él, luchaban contra la muerte repentina, la miseria o, quizás, los frecuentes y mortales ataques de perros rabiosos. Las llamadas medidas *apotropaicas (término de etimología griega, que no figura en nuestra lengua y que traduzco del inglés apothropaics) para prevenir o, en su caso, eliminar al vampiro, son variadas y aparentemente desproporcionadas. Todas tienen una finalidad inmediata: impedir el movimiento antinatural del reviniente. Decapitación del cadáver, atarle las piernas, enterrarle en un cruce de caminos para producir su confusión, quemar el cuerpo, arrancar el corazón,…La medida tradicional y archiconocida de atravesar el corazón del vampiro con una estaca no pretendía, en su origen, más que clavar el cuerpo a su sepultura. Innumerables tumbas de sospechosos fueron profanadas y los cadáveres desenterrados. En ocasiones, los cuerpos, por diferentes circunstancias, presentaban un estado de descomposición retardado, habían aumentado de tamaño, o presentaban algún rastro rojizo en la boca; esto no era más que la confirmación de las sospechas de los lugareños. Así, el mito se retroalimentaba.



Rostros con historia (28)

No ha dejado mucho tiempo Kurtz para averiguar la identidad del rostro de la fotografía.

"'M' (Fritz Lang, 1931). Hans Beckert, el psicópata asesino de niñas que es perseguido tanto por la policía como por los criminales. Y el actor que lo interpreta es Peter Lorre".

Todo correcto.

domingo, 17 de octubre de 2010

Rostros con historia (28)


Una interpretación magistral de un actor nacido en la actual Eslovaquia. Por su aspecto físico se especializó en interpretar a personajes inestables, poco fiables o débiles. La fama nunca le sonrió del todo.
Ya sabéis: película, personaje y actor.

Un día en la sierra

He pasado parte del fin de semana con dos de mis hijos en un campamento situado en la Sierra de Cazorla. Se trataba de un evento para padres e hijos promovido por un Club Juvenil de Jaén. Este tipo de actividades no me seducen particularmente, pero yo sabía que a Javier y Jaime (mis acompañantes) les encantaba: estarían con sus amigos; además, la sola idea de dormir en una tienda de campaña les volvía locos -a mí, no tanto-.
Llegamos el Sábado a la hora de comer. Saludé a otros padres (mucho más ocupados que yo) que habían optado también por regalar a sus niños un fin de semana en la sierra. Se les veía entusiasmados, por lo que yo también me fui contagiando. Después de comer, alguien repartió puros y tuvimos una animada tertulia, los padres, pues los hijos ya estaban correteando por el magnífico paraje. Había un médico del SAS, dos arquitectos, un farmacéutico, un abogado, varios docentes de enseñanza secundaria y alguno más que no recuerdo: aparte del puro que varios sosteníamos entre el índice y el corazón, nos unía el deseo de agradar a nuestros hijos.
Por la noche, tras la cena, decidimos hacer una excursión con linternas. Aproveché para contar alguna historia de terror (siempre que puedo, coloco alguna), sobre todo cuando llegamos a una antigua leprosería convertida hoy en un hotel rural; algún padre se acordó de mí cuando, de madrugada, varios niños insistieron en dormir con alguna luz...
Esta mañana, y tras asistir a la Santa Misa, hemos hecho otra excursión. Se trataba de buscar setas (bajo la supervisión de un veterinario experto) y localizar un tesoro dentro de un tupperware (una práctica que, según he descubierto hoy, se conoce como geocaching;  http://www.geocaching-hispano.com/). Setas no hemos cogido muchas (ni yo me las iba a comer) y el tesoro estaba en el quinto infierno, pero lo hemos pasado en grande subiendo por el monte entre pinos, matorrales y una evocadora bruma; no me han dejado contar otro relato fantasmagórico, aunque hubiera venido muy a propósito.
Después de almorzar con una buen copa de vino, hemos vuelto a Jaén. No he visto película alguna estos días, pero Javier y Jaime me han dicho: "nos lo hemos pasado genial, papá". Ellos recordarán esta experiencia; y yo también.

viernes, 15 de octubre de 2010

Rostros con historia (27)

Kurtz, Kurtz,...


"Al Pacino, haciendo de Big Boy Caprice en la película Dick Tracy (Warren Beatty, 1990)".

Suscribo, además, la valoración que hace Kurtz de la película, del papel de Pacino (1940) o de Warren Beatty y Madonna. Pero voy más allá: tras "Scarface" (1983), y salvo honrosas excepciones (tipo "Donnie Brasco", "Carlito's Way" o "El Mercader de Venecia"), no le he vuelto a ver brillar. No me gustó, por ejemplo, en "El Padrino III", y en "Heat", sólo a ratos.

Rostros con historia (27)

Sólo diré que él es uno de los grandes; me corrijo: lo era.

jueves, 14 de octubre de 2010

Pies con historia (3)

Kurtz vuelve a la carga:
"Son de Harrison Ford, ataviado como Hans Solo para alguna foto promocional de 'Star Wars'".
Esa pose de Solo (auténtico cow-boy del espacio) define a la perfección los ideales de una época: ser guapo, ser chulo, y tener un buen amigo un poco bruto (que hiciera el trabajo sucio).
La verdad, pensé poner los pies de Chewie, pero me pareció muy fácil.

martes, 12 de octubre de 2010

El Papa y los nazis (III)

(viene de http://eugenioolivares.blogspot.com/2010/10/el-papa-y-los-nazis-ii.html)
No acabaron ahí las penalidades del joven desertor. Tras escapar de una muerte casi segura, Joseph Ratzinger regresó a casa, pero por poco tiempo. El ejército USA llegó y estableció su comandancia en casa de sus padres. Tras identificarle como soldado, le hicieron vestir un uniforme y se lo llevaron preso: “allí caí prisionero y me trasladaron a un campo de prisioneros americano en Ulm, con otros 40.000 o 50.000 soldados.” Las últimas unidades alemanas se apresuraban a rendirse a los ingleses o americanos; bien sabían que el trato que recibirían de éstos siempre sería mejor que el que les daría el Ejército Rojo. Por este motivo, la intendencia americana se encontró con un problema de difícil solución: ¿qué hacer con tanto prisionero de guerra?
Vista aérea de Rheinwiesen, campo americano de prisioneros alemanes
En una columna interminable, los prisioneros alemanes caminaron durante tres días hasta el eródromo de Bad Aibling (Baviera). La mayoría pertenecía al Cuerpo de Ejércitos Sur, que había combatido en Italia; tambvién estaban los soldados capturados en Baviera, como Ratzinger. “Los soldados americanos” –cuenta el Cardenal- “nos fotografiaban a nosotros, los jóvenes sobre todo, para llevarse a casa souvenirs de un ejército derrotado y de sus desolados efectivos”.
Jóvenes alemanes presos açen Bad Aibling
El Cardenal prosigue su narración: “Nos hallábamos en el campo de aviación de [Bad] Aibling, Durante las seis semanas que permanecí en aquel campo de prisioneros dormíamos todos al aire libre y en el suelo, cosa nada divertida. Los americanos no pudieron instalar suficientes barracones ni ningún tipo de alojamiento para tantos prisioneros. Como no teníamos calendario ni nada semejante se nos ocurrían muchas cosas para contabilizar los días y tener noción del tiempo que iba pasando. Tampoco recibíamos noticias. De pronto, un día -era el 8 de mayo- nos dimos cuenta de que los americanos, que solían utilizar artillería ligera, habían cambiado a la munición pesada, y estaban disparando frenéticamente. Nos llegaron rumores de que la guerra estaba llegando a su fin. Alemania se había rendido. Todos suspiramos aliviados con la esperanza de que pronto nos pondrían en libertad y ya no nos podría pasar nada más. Pero, enseguida supimos -por nuevos rumores- que no debíamos alegrarnos tan rápidamente, porque los americanos pensaban seguir haciendo la guerra a Rusia y, muy probablemente, nos enviarían a combatir contra los rusos; iban a armarnos de nuevo para salir hacia el frente. Yo no me podía creer que aquel respiro acabara tan pronto, no podía ni pensar en ello. Me alegraba tanto de que la guerra hubiera terminado que sólo pensaba ‘ojalá que ahora esto no dure tanto'". 
Prisioneros alemanes en campo americano

Por fin, el 19 de junio de 1945, fui puesto en libertad. Un camion de leche le llevó a casa. Sin embargo, y pese a la alegría de sus padres, “algo faltaba. Desde principios de abril, no habían tenido noticias de Georg [su hermano]”.

Georg Ratzinger, foto de la tarjeta conmemorativa de su primera Misa (1951)

A mediados de julio, éste regresó ileso. Se sentó al piano y empezó a aporrearlo, mientras entonaba el himno “Grosser Gott, wir loben Dich” (“Dios Todopoderoso, te alabamos”. La guerra había terminado para los Ratzinger: “Los siguientes meses de libertad recuperada, que él había a prendido a valorar tanto, pertenecen a los más felices de mi vida”.
Este es el “sombrío” pasado del Papa Benedicto XVI. En todo caso, quienes –a falta de indicios que acusen al Pontífice- quieran calumniarlo, siempre pueden trucar alguna foto. No, no es broma; esto he encontrado en la web.

Ratzinger, ¿sacerdote y saludando al estilo nazi?
En absoluto. Un trucaje de una foto del día de su ordenación (1951)
En fin, como dice el aforismo castellano: Calumnia, que algo queda.

Pies con historia (3)

¿De quién son estos pies?

El Papa y los nazis (II)

(Viene de http://eugenioolivares.blogspot.com/2010/10/el-papa-y-los-nazis-i.html)
El primer destino del flakhelfer (ayudante de antiaéreo) Ratzinger fue la defensa de una sucursal de la BMW donde se fabricaban motores de avión en Traunstein, a las afueras de Munich.
“¿Qué hacía en la artillería antiaérea, en aquel tiempo?”, pregunta Seewald. Ratzinger aclara que la “batería estaba dividida en dos elementos principales, por una parte el cañón y por otra el departamento de mediciones. Yo estaba destinado en este último. Por entonces ya disponíamos de los primeros aparatos electrónicos y ópticos para detectar la aproximación de aviones y trasmitir los datos necesarios a los artilleros”. Después fue emplazado en la fábrica de aviones de Oberpfaffenhofen, a unos 20 kilómetros del centro de ciudad de Munich. Seewald pregunta a su entrevistado si vivió los bombardeos sobre esta ciudad alemana. “Si” -responde el Cardenal- “Entonces estaba de servicio en un tercer departamento, el de comunicaciones, que dirigía todas las opera ciones de telecomunicación. Nos encontrábamos en Gilching, cerca del lago Ammer, una posición muy destacada porque los americanos que regresaban del Mediterráneo tenían irremisiblemente que sobrevolar Munich. Muy cerca de allí estaba la fábrica de aviones de Oberpfaffenhofen, donde se fabricaron los primeros caza-reactores. Nosotros fuimos los primeros en ver despegar y volar aquellos nuevos reactores alemanes. Hubo muchos bombardeos, algunos eran continuos; vivimos la guerra muy de cerca”.

Munich, bajo las bombas aliadas
En septiembre de 1944 vino un nuevo traslado, esta vez a un puesto junto a la frontera húngara. Según parece, allí se integró en el Reichsarbeitsdienst (RAD), una institución destinada originariamente a reducer el desempleo (trabajos agrícolas, civiles, y también militares). Durante la Guerra, pasó a ser una formación auxiliar del ejército alemán (Wehrmacht). Cientos de unidades de la RAD participaron en tareas de defensa antiaérea; algunas llegaron incluso a combatir en el frente oriental, algo que fue en aumento a medida que las defensas alemanas se veían arrolladas por el ejército soviético. La tarea asignada a la unidad de Ratzinger era la de cavar zanjas anti-tanque. El Cardenal recuerda aquellos días: “En el otoño de 1944 nos enviaron a todos al servicio en cuartel. Estuve estacionado dos meses en la frontera austro-húngara, justamente cuando Hungría capituló ante los rusos. Todo aquello estaba en ruinas, había barricadas antitanques, refugios”.

Trabajadores del RAD cavando zanjas
En su autobiografía (Memorias 1927-1977) todo aquello constituye “un recuerdo opresivo” de la disciplina militar y de la mentira que se levantó para justificar al régimen de Hitler. En mitad de la noche, los jóvenes de su unidad eran despertados e instados a unirse a las Waffen SS: “Un official de las SS nos hacía a cada uno presentarnos ante él, para ponernos a prueba, haciéndonos desfilar ante el grupo y forzar así el alistamiento de ‘voluntarios´”. Algunos se apuntaron a “este grupo criminal. Yo tuve la suerte de poder decir que quería ordenarme sacerdote católico. Nos dejaron marchar, entre burlas e insultos”.

Jóvenes alemanes en las filas de la SS al final de la guerra
El frente se desmoronaba ante el empuje ruso. En diciembre de 1944, Joseph Ratzinger -a punto de cumplir 18 años- fue reclutado por el ejército. El 16 de abril de 1945, y tras seguir un entrenamiento básico junto a hombres de 30 y 40 años, el soldado Ratzinger fue destinado al pueblo de su familia: “Después me trasladaron a Infantería y tuve la suerte de ser destinado a Traunstein. El reparto de destinos estaba a cargo de un oficial muy amable, manifiestamente anti-nazi, que siempre que podía procuraba ayudar a todo el mundo. Y él me envió a casa, a Traunstein, para que mi servicio en la Infantería fuera lo menos enojoso posible”. Afostunadamente, con las tropas americanas acabando con los últimos focos de defensa, Ratzinger no tuvo que hacer ni un solo disparo.
Los últimos soldados del ejército alemán
En abril o mayo of 1945 –no puede recorder con exactitud- el soldado Ratzinger desertó. La posibilidad de ser asesinado por los fanáticos de las SS era muy alta. Había unidades de desesperados que se dedicaban a colgar o fusilar a todo aquel que encontraran sin el uniforme, y así fue hasta el final de la guerra. Dos soldados le sorprendieron, al salir de un paso de tren subterráneo, mientras intentaba llegar a su casa. “Por un momento, estuve en una situación extremadamente grave”, recuerda. Pero aquellos soldados. “gracias a Dios, eran de los que ya estaban hastiados de la guerra [...] Tenían que encontrar una razón para dejarme marchar. Yo llevaba mi brazo en cabestrillo por una herida.[...] Camarada, estás herido. Vete". Aquello le salvó la vida: otros sufrieron otro destino.

Soldado aleman ejecutado: "Quien lucha puede morir. Quien traiciona a su madre patria debe morir. ¡Debíamos morir!"
El Dr. Johannes Tuchel, Director del Centro para la Memoria de la Resistencia alemana (Berlín) explica: “Siempre se puede elegir. Uno debía entral en la Juventudes hilerianas, pero después era decisión de cada uno si se iba a ser o no un miembro activo” […] “Uno tenía que entrar en el Servicio de Trabajo (RAD), pero era decisión propia si ibas a estar muy activo allí… No podías evitar entrar en el ejército, pero sí podías decidir cuánto tiempo te ibas a quedar".
Jovencísimos miembros de las SS, capturados al final de la guerra
(continúa en http://eugenioolivares.blogspot.com/2010/10/el-papa-y-los-nazis-iii.html)



Rostros con historia (26)

A la de una, a la de dos y... ¡a la de tres!
La dificultad de acertar este personaje ha hecho que nadi descubra su identidad (¡ni el mismísimo Kurtz75!). Se trataba de Peter Cushing (1913-1994), interpretando el papel de Osric en Hamlet (Laurence Olivier, 1948).
Os decía que la foto era curiosa, por una razón. Hablar de Peter Cushing es hablar de Christopher Lee (1922), el actor con el que el primero actuó en tantas y tantas películas de la Hammer. Pues bien, Hamlet (1948) fue la obra cinematográfica en la que ambos estuvieron juntos por primera vez.


Laurence Olivier, como Hamlet
Un joven Christopher Lee, como lancero, cuyo nombre no aparecía en los créditos


lunes, 11 de octubre de 2010

El Papa y los nazis (I)


Joseph A. Ratzinger, a los 16 años
Afortunadamente, ya nadie (o casi nadie) habla de esto, pero hace tiempo que quería escribir algo al respecto.
Cuando Joseph Ratzinger (1927) fue elegido Papa, algunos medios de comunicación se apresuraron a buscar algún episodio escabroso en su vida, una tarea que les resultó algo difícil. Entonces alguien dio con un dato biográfico que podría dar al traste con la reputación del recién elegido Papa: siendo adolescente, Benedicto XVI había pertenecido a las Hitlerjugend (juventudes hitlerianas); de ahí a acusarle de nazi había un corto trecho.
Mucho trabajo podrían haberse ahorrado los concienzudos periodistas, si hubieran leído uno de los libros que publicó el Cardenal Ratzinger antes de ser elegido como Obispo de Roma. En La sal de la tierra (Salz del erde, 1996), el inquisitivo entrevistador (el libro está escrito a modo de preguntas y respuestas) incide sobre un episodio en la juventud del Cardenal bávaro; merece la pena citar la pregunta y la respuesta íntegras:
(Peter Seewald): "Dígame, Cardenal. ¿usted ha sido miembro de las juventudes hitlerianas?"
(Joseph Ratzinger): "Nosotros no pertenecimos a las juventudes Hitlerianas, pero en el año 1941, mi hermano sí fue obligado a formar parte. Yo era demasiado pequeño todavía [14 años], pero después fui inscrito por los propios responsables del Seminario. Pero en cuanto salí del Seminario no fui más allí, y eso me creó bastantes dificultades, porque yo sólo podía obtener el dinero [un descuento en los aranceles educativos] si frecuentaba las manifestaciones de las Juventudes hitlerianas. Menos mal que había un profesor de Matemáticas, que era nazi, pero, gracias a Dios, muy comprensivo -era un hombre honrado- que me advirtió: 'Ve al menos una vez, para que te den el carnet', y al ver que yo me negaba, me dijo: 'No te preocupes, te comprendo, yo lo haré por ti”. Y me libró de aquella obligación".
Sin duda, el recelo del joven Ratzinger hacia las Hitlerjugend se debía, entre otras cosas, al ambiente anti-nazi que vivía en su casa. Su padre, gendarme, sufría mucho por el hecho de estar al servicio de un poder estatal a cuyos representantes consideraba unos criminales. Al jubilarse con 60 años, decidió mudarse con la familia, desde la ciudad de Tittmoning a Hufschlag, una casa en medio del campo a media hora a pie del pueblo de Traunstein; allí la situación era más distendida -pese a que también entre los campesinos había muchos nacionalsocialistas-. Nunca en público -por razones obvias para un padre en un régimen policial-, Joseph Ratzinger (padre) mostró su oposición al régimen nazi, pero en casa manifestaba su repulsa con toda claridad.
Peter Seewald, páginas más adelante, vuelve sobre los años de la guerra en Alemania. El Cardenal explica que en 1943, todos los seminaristas fueron enrolados. Después del desastre alemán en Stalingrado, el rumbo de la guerra favorece claramente a los aliados. Estos, además, intensifican las incursiones aéreas sobre Alemania, ya frecuentes desde 1942.
Servidores de antiaéreo, jóvenes y "uniformados"
Ese mismo año se ordena el reclutamiento de todos los alemanes mayors de 15 años (también del sexo femenino) para servir como personal auxiliar de la Luftwaffe (la Fuerza Aérea); a principios del año siguiente esta orden se pone en práctica.
Jóvenes servidores de un antiaéreo (Hamburgo, 1944)
En palabras de Ratzinger: “todos los seminaristas de Traunstein, formando un grupo, fuimos destinados a Munich, a la artillería antiaérea. Yo sólo tenía 16 años, y de agosto del 1943 a septiembre del 1944, estuve de servicio militar como todos los demás”. El primer destino del joven Ratzinger fue la defensa de una planta BMW, donde se fabricaban motores para aviones.

Junto al 88mm, un cañón muy grande para servidores tan pequeños

La propaganda alemana hacía buen uso de estos muchachos al final de la guerra, como puede verse en las imágenes que incluyo. En su mayoría, son jóvenes (y niños) enrolados por la Luftwaffe, como ayudantes de baterías antiaéreas.

Este niño luce una Cruz de Hierro

Servidores de batería antiaérea, heridos en combate
Una foto de un album privado
Y otra
Todos ellos, por supuesto, pueden ser acusados hoy en día de haber sido nazis. ¿No?
(continúa en http://eugenioolivares.blogspot.com/2010/10/el-papa-y-los-nazis-ii.html)

Beowulf MS

Beowulf MS
Hwaet!